Ignacio Casale tiene listo su equipaje para un nuevo Dakar: 'Se vienen días muy duros'
Ganó la prueba en 2014, y suma dos segundos lugares en la moto de cuatro ruedas. Esa experiencia para enfrentar nuevamente la prueba de rally cross country más difícil del planeta se filtra en cada una de las respuestas del piloto de 30 años.
A menos de dos semanas de la partida, el 6 de enero en Perú, el santiaguino ya tiene listo el bolso con todos los implementos que ocupará en la carrera que finaliza el 20 del mismo mes en Córdoba, Argentina.
"Llevo varias chaquetas, pantalones, y primeras capas. Ropa impermeable para el clima de Bolivia, dos pares de rodilleras, 10 pares de guantes, dos cascos y cinco viseras de repuesto, que se rompen fácilmente en las caídas. Además, van 12 antiparras, un par de botas y una caja grande de lápices, plumones y destacadores para rayar el roadbook ", enumera el piloto. Y continúa, pero ahora con lo que sube arriba de la moto en cada etapa: "Tengo un pequeño bolso con todas las herramientas necesarias para arreglar el quad en caso de algún desperfecto. Llevo 40 litros de combustible, tarugos para parchar neumáticos y tubitos de Co2 para inflarlos. Tapones de oído que me pongo por el ruido del tubo de escape, un teléfono satelital para llamar a mi equipo, proteínas en gel, tres litros de bebidas isotónicas, y el roadbook ", cuenta.
¿En qué consiste el roadbook ? "Son las hojas que te señalan la ruta de cada etapa. Te las entregan el día antes, y cada piloto la va rayando para marcar distintos ítems. Por ejemplo, yo marco con azul los cruces, en rojo las zonas de velocidad y en amarillo las partes peligrosas. Es esencial marcar bien el papel para no perder tiempo mirando hacia abajo y sacando la vista del camino, porque te puede provocar un accidente", alerta Casale, que recuerda: "En mis primeros años me costó mucho aprender a leerlo. Era chino para mí, pero cada año vas mejorando el tema de la navegación".
Los días que le esperan
En las etapas más largas del Dakar, la jornada para Casale comenzará a las 3:30 de la mañana. "Me despierto, me tomo un buen desayuno, y a las 4:30, aproximadamente, salimos del bivouac (campamento) hacia el punto de partida de la carrera, que puede estar a diez o hasta 400 kilómetros de donde dormimos. La vuelta al bivouac se puede alargar hasta las ocho de la noche, y lo más importante es volver a concentrarse en rayar bien la hoja de ruta para el día siguiente", detalla el representante chileno.
"Después de la primera semana, todo empieza a costar más, y son días muy duros. El...
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