Las identidades de Pedro Pascal - 29 de Noviembre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 546368238

Las identidades de Pedro Pascal

-Hey, soy Pedro.

En la mesa, Pascal dice que acaba de volver de un par de días libres en la isla de San Andrés, donde estuvo en la casa de una prima. Que eso lo ayudó porque estando aquí, grabando en una ciudad donde moverse de un lugar a otro puede costarle dos horas, y esperando que, debido a su apretada agenda, se termine de negociar su rol como Poncio Pilatos en el próximo remake de Ben Hur, nunca ha podido sentirse como en casa.

-¿Qué echas de menos cuando estás lejos de casa?

-Mis amigos, mi familia. Mis muebles.

Todo eso que Pascal se acostumbró a tener repartido por el mundo entre Nueva York, California y Santiago, solamente una vez, hace 39 años de hecho, cuando recién había nacido, estuvo encerrado en un mismo lugar que podía llamar su hogar.

Solo que entonces no se llamaba así. Entonces era Pedro Balmaceda Pascal.

Balmaceda

Con el tiempo, la historia empezó a repetirse como una aventura. Así, dice el doctor Pedro Balmaceda Riera, lo entendieron sus hijos. Pero entonces, cuando sucedió, en agosto o septiembre de 1975, Balmaceda no lo vio así. Ese día tenía 27 años. Estaba casado hace tres con la psiquiatra Verónica Pascal, casi cinco años menor que él. Tenía dos hijos: Javiera, nacida en 1972, y Pedro, de abril de 1975.

Balmaceda había ido a trabajar a un pabellón del J. J. Aguirre cuando dos agentes de la DINA pidieron verlo. Balmaceda era simpatizante del Mapu, pero no habían llegado a buscarlo por eso: en su casa tenía alojado a Andrés Pascal, primo de Verónica y líder del MIR. El doctor dijo que lo dejaran terminar de atender a un paciente y escapó por la escalera de servicio. Con su mujer pasaría dos meses escondiéndose en casas de amigos, hasta que se asilaron en la Embajada de Venezuela.

-Eso fue en octubre o noviembre -dice el doctor Balmaceda-. Pero Pedro no se quedó en la embajada con nosotros. Quedó en la casa de una hermana mía. Después negociamos con los carabineros que cuidaban la embajada para que nos dejaran entrar a Pedro y a la Javiera a estar conmigo un ratito. Solo pudimos juntarnos con ellos en el aeropuerto, cuando tomamos el avión que nos sacó de Chile.

Pedro Balmaceda Pascal cumplió su primer año de vida en Aarhus, Dinamarca, donde el gobierno le había entregado asilo político a su familia. Durante el día, el doctor Balmaceda y Verónica Pascal iban a una escuela, aprendían danés. Sus dos hijos quedaban en las guarderías.

En 1976, Balmaceda se ganó una beca de la Fundación Rockefeller y la familia partió a Estados Unidos. Allá, el médico se especializó en endocrinología reproductiva en la Universidad de Texas. Se instalaron en la ciudad de San Antonio, en el barrio de Cherrybrook.

-Era un vecindario típico de clase media. Vivían profesionales jóvenes, como yo en ese tiempo, gente de mandos medios en empresas. Era un barrio bueno. Tenía una piscina pública y ahí Pedro destacó como nadador. Era parte del equipo del barrio, ganó competencias. Después se desinteresó -cuenta el doctor.

Pedro Pascal lo recuerda de otra forma.

-Mis padres eran jóvenes y tenían que reinventar sus vidas. El hogar que recuerdo era una casa de dos dormitorios, en un barrio muy pobre.

En esas primeras nociones sobre su vida, alrededor de los 7 años, Pascal tiene la idea de dos padres muy ocupados. De Pedro trabajando en un laboratorio, de Verónica sacando un PhD en Psicología infantil. De verlos como una pareja hermosa, dos personas que se parecían a los personajes que veía por el cable en las tardes.

-¿Sabías por qué estaban ahí y no en Chile?

-No tuve conversaciones extensas con mis padres sobre lo que pasó realmente. He puesto a prueba a mi padre, tal vez dos veces, y he obtenido los detalles sobre cómo sucedieron las cosas. Pero siempre necesito volver a recordarlo para entender lo que pasó.

Quizá como una suerte de guiño de las elecciones que tomaría en su vida, Pedro Pascal siente que las primeras nociones del mundo del que escaparon sus padres vinieron de una película.

-En algún punto, siendo muy joven, vi por el cable Missing, de Costa Gavras...

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