El muy humano deseo de saber... cuando el saber es amable
La paradoja es que no lo imaginó como un libro de divulgación, sino como un ensayo de protesta, la queja de un profesor italiano contra la universidad que, regida por parámetros técnicos, no lo dejaba ser profesor. "La utilidad de lo inútil" (Acantilado) era un manifiesto para académicos y alumnos que se convirtió en una obra superventas, publicada en más de 30 países, con veinte ediciones en castellano, y que ha hecho que su autor, Nuccio Ordine, viaje por el mundo esparciendo su protesta.Quizás el éxito de Ordine sea el signo de una necesidad insatisfecha: la del manido acceso universal al conocimiento. El reciente Festival Puerto de Ideas Valparaíso, que Ordine inauguró y al que asistieron más de 27 mil personas, es otra muestra de la inquietud que el público no especializado tiene por el conocimiento, cuando se comunica con gracia. Tal vez hay hambre, por el lado de los autores, de ser leídos más allá del estrecho círculo de los especialistas; y, por el de los lectores, de acceder a buenas ideas, rigurosas, pero comunicadas con claridad, con gentileza, como dijera alguna vez el filósofo español José Ortega y Gasset."A veces escribo libros con la esperanza de atraer no sólo a una audiencia académica, sino también externa", dice el historiador británico Peter Burke. "Existe este concepto pasado de moda, 'el lector general', espero que miembros de esta especie todavía existan. Tal vez están subestimados en la época de los teléfonos inteligentes y los no lectores, pero en la mayor parte de mi carrera he escrito conscientemente para esta gente. Hayan ido o no a la universidad, probablemente no leen historia, o si leen historia ocupan su vida haciendo algo más, pero aún tienen ese interés. Quiero poder escribir de una manera en la que ellos puedan disfrutar leer", explica el autor de títulos como "Historia social del conocimiento" y "¿Qué es la historia cultural?" (Paidós).La necesidad de explicarSalvo su marido, nadie en su familia se dedica a la ciencia. Por eso, para que sus seres queridos entiendan lo que hace, para conversar con ellos sobre lo que ama, la astrónoma María Teresa Ruiz ha tenido que buscar las palabras que permitan ese contacto. "Sentí la necesidad de explicarles a ellos qué es lo que hago y por qué me emociono tanto, es algo que he tenido que practicar desde siempre. Y a lo mejor eso ayudó", explica la académica -Premio Nacional de Ciencias Exactas y autora del exitoso libro "Hijos de las estrellas" (Debate)- cuando se le pregunta por la clave para escribir sobre astronomía de manera clara, gentil con el lector no especializado. Otra clave, agrega, es "explicar las cosas a partir del ser humano. En el libro siempre trato de hablar de la aventura de explorar el universo, del ingenio humano, de cómo el ser humano ha...
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