Hugo Gutiérrez en su trinchera permanente
"Es muy duro, demasiado", dicen sobre el diputado del Partido Comunista (PC), Hugo Gutiérrez, desde la derecha. De barba negra y espesa, ceño adusto, escasa risa y activo usuario de redes sociales, donde se caracteriza por no tener pelos en la lengua, su figura parece calzar con la descripción.Temido y rechazado entre sus opositores políticos -que son muchos y no solo de derecha-, se le critica por ser "sobreideologizado", "imposible de negociar con él" y por "incitar constantemente a la alteración del orden público". De hecho, Chile Vamos recurrió al Tribunal Constitucional por este último tema, con el objetivo de pedir su destitución por "incitar a la alteración del orden público"."Nos parece que sus actitudes, sus acciones, durante estos últimos meses, son absolutamente reprochables e impresentables, promoviendo la violencia de una manera contumaz, que no se condice con la responsabilidad que tiene su cargo", dijo la diputada UDI María José Hoffmann, al entregar la presentación.Su personalidad y estilo político lo han llevado a ser apodado como "el diablo", o "el francotirador", por algunos de sus colegas y excolegas. Eso sí, ninguno se atreve a hablar abiertamente contra él para este reportaje. Sobre todo porque, a través de redes sociales, tiene una resonancia en todo Chile que, explican, no tiene ningún otro diputado de regiones. "Meterse con él es meterse con todos sus seguidores", cuenta un empresario. "Es agresivo con quienes no piensan como él", dicen. "Tiene un cuento propio. No le hace caso a nadie. No tiene Dios ni ley", agregan en la derecha. Otros en la izquierda son igual de duros: "Hasta los jueces le tienen miedo", dice un dirigente de izquierda de la zona.Sus detractores, además, recalcan que lleva a tribunales todo lo que no le parece bien. Tiene a su haber más de 30 querellas criminales contra políticos, entre ellas, diez en contra del exsenador PS Fulvio Rossi y una muy polémica contra el Presidente Piñera por eventuales conflictos de interés en el caso Exalmar, que presentó cuando aún era precandidato en 2017. Ese y varios otros casos los perdió. Pero no se arrepiente. Ni le importa que le digan que enfoca sus temas de forma "personal". "La lucha contra la corrupción es un tema personal, y así me lo tomo. Sigo creyendo que si el fiscal Guerra hubiese tenido los cojones para seguir adelante con la causa de Exalmar, los tiempos serían distintos. Siempre he creído que los ilícitos que le achaqué a Piñera eran comprobables", dice Gutiérrez en conversación con "El Mercurio".En sus casos judiciales, dicen quienes se han enfrentado a él, no actúa solo. Tiene varios colaboradores, la mayoría abogados, que son incluso más duros que él y que lo ayudan a formar los casos.Así como no se arrepiente de su querella contra el mandatario, tampoco lo hace con su última polémica, acaecida hace dos semanas, cuando subió a su Twitter dibujos realizados por niños en el marco de una fiesta navideña del PC...
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