La huella de El Greco en el arte moderno - 12 de Julio de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 519347710

La huella de El Greco en el arte moderno

El reconocimiento de El Greco se inicia a mediados del siglo XIX con el interés que despiertan sus pinturas en artistas españoles, como Fortuny y en otros creadores extranjeros, desde que Manet visitara el Prado. Desde finales de siglo, esas influencias se amplían gracias a los viajes, las estancias y visitas, tanto al museo como a Toledo, por parte de artistas norteamericanos como John Singer Sargent, Albert Pinkham Ryder y R. Henri; los ingleses P. Wyndham Lewis, Spencer Gore, David Bomberg, Henry Moore o Francis Bacon; los mexicanos Diego Rivera y José Clemente Orozco o los franceses André Masson y Nicolas de Staël.

También tuvieron una acusada incidencia las copias de las pinturas de El Greco que realizaron in situ Fortuny y Madrazo, Giacometti, A. Delgado o G. Sutherland, y las que surgían tomando como modelo las reproducciones. Entre las más conocidas sobresale "La dama del armiño", que será reinterpretada tanto por Cézanne como por Giacometti. Asimismo, abundaron las caracterizaciones de retratos al modo de "Caballero de la mano en el pecho", como el de Santiago Rusiñol realizado por R. Pichot o el de Paul Alexander por Modigliani.

A veces, las analogías formales entre las pinturas de El Greco y de los diferentes artistas son fáciles de apreciar. Bastaría confrontar su "Adoración del nombre de Jesús" con el "Estudio para la resurrección" de Max Beckmann; "San Sebastián" con el "Gitano" de Robert Delaunay; por no referirme a cómo Thomas Hart Benton y Pollock someten la "Resurrección" del Prado a una estilización, que devela sus ritmos o cómo lo hace Bacon a escorzos en "Mujer tumbada".

El Greco en Picasso

También esta exposición da abundantes pistas sobre las huellas del artista en el arte español. Desde los tempranos personajes estilizados y las cabezas al estilo de El Greco de Picasso, pasando por las obras de las épocas Azul y Cubista, a las tardías interpretaciones desenfadadas y paródicas de "El entierro del Conde de Orgaz". Se trata de un capítulo poco explorado que llega hasta Dalí y los años 70, con las pinturas de Antonio Saura y otros artistas coetáneos.

Uno de los aciertos de la exposición es que las pinturas reunidas no proceden únicamente del Prado, sino de importantes museos como los de Múnich, Budapest, Chicago, Nueva York, Washington y otros, que coleccionaron tempranamente sus pinturas y organizaron las primeras exposiciones fuera de España. En este campo jugó un papel destacado el artista Albert Pinkman Ryder, ya que...

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