La huella de un formador - 20 de Agosto de 2022 - El Mercurio - Noticias - VLEX 909122612

La huella de un formador

"E ra un profesor con enorme magnetismo, exigente y riguroso, pero a la vez muy cercano. Históricamente, sus talleres eran los más demandados y los que creaban mayores expectativas sobre los proyectos que de ahí podían surgir. Porque Gustavo Munizaga tenía una excepcional capacidad pedagógica y una especial metodología para crear y desarrollar habilidades de diseño en los estudiantes, así como para motivar y contagiar su pasión por los temas de la ciudad", dice Luis Eduardo Bresciani, director de la Escuela de Arquitectura UC y quien fuera su alumno y ayudante en la década de los 80 en esa casa de estudios.Un verdadero maestro que se consagró a la enseñanza y que hizo de la universidad su faro, su sentido de vida. Las aulas fueron para él un gran taller, el espacio donde formaba arquitectos comprometidos con la arquitectura y las problemáticas urbanas; una instancia en la que se estimulaba el pensamiento, la capacidad para argumentar y la creatividad; donde se hablaba de sociología, economía, ecología y políticas públicas, a pesar de que en la época esas materias no se asociaban a la disciplina. "Fue siempre un puente entre la arquitectura y el diseño de la ciudad. Él veía en el diseño la capacidad de crear lugares más humanos y que resolvieran mejor los grandes dilemas de la sociedad, como la pobreza, la falta de participación y la vivienda social", comenta Bresciani.Gustavo Munizaga Vigil (1938-2022) nació y creció en un ambiente en el que la arquitectura fue tema central. Hijo del reconocido arquitecto Escipión Munizaga Suárez, quien junto con Carlos Cruz Eyzaguirre formó una exitosa dupla que dio origen al barrio Orrego Luco en Providencia y a muchas casas de estilo francés e inglés en Santiago, hoy en su mayoría convertidas en embajadas. Heredó de su padre una notable condición para el dibujo y un tremendo sentido estético. Titulado de arquitecto de la Universidad Católica, partió rumbo a Cambridge, Estados Unidos, para hacer un magíster en Diseño Urbano en la Universidad de Harvard, donde fue alumno de arquitectos de la talla de Fumihiko Maki (Premio Pritzker 1993) y Josep Lluís Sert. De regreso, en 1969, entró como profesor de taller a la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Chile, donde Humberto Eliash fue ese año su alumno. Recuerda: "Se dedicaba por completo a los estudiantes, aunque era súper barrero (algo en lo que coinciden varios exalumnos). Nos arrendaba espacios para trabajar en una casona al lado de la iglesia Santa...

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