La hora del simplismo - 23 de Mayo de 2021 - El Mercurio - Noticias - VLEX 868044140

La hora del simplismo

No cabe ninguna duda. La política chilena amenaza estar invadida por el simplismo. Y esta semana, plagada de payasadas y de vergüenzas, lo ha confirmado.Un vistazo al debate público permite advertirlo.En la izquierda se ha trazado una línea que permite distinguir lo que es correcto y lo que no lo es y se le ha dado un nombre: transformación. Así, las "fuerzas transformadoras" están en lo correcto y las que no endosan ese propósito están equivocadas. En la derecha, por su parte, se ha dicho por estos días que ha sido un error no ofrecer una fisonomía ideológica nítida y en cambio asemejarse a la oposición. En este caso, se dice, la reciente derrota era obvia, porque frente a dos demandas similares, la gente preferiría el original y no la copia.El pecado de la centroizquierda (el PS y el PPD) habría consistido en no erigirse en una fuerza transformadora; el de la derecha, en haber abandonado su identidad.Se trata de dos simplismos mayúsculos.Desde luego, para comenzar por la izquierda, la transformación no es por sí misma virtuosa. Y una fuerza que la persiga tampoco. Cambiar de forma -que eso es la transformación- no es, en modo alguno, intrínsecamente bueno. Como sabe cualquier vida humana consciente de sí misma, las cosas se pueden transformar para bien o para mal (y esto último es frecuente). Una fuerza transformadora, en consecuencia, que es como se presenta a sí misma el Frente Amplio y el Partido Comunista, es una descripción vacía mientras no se explicite en qué se quiere transformar la realidad actual y cómo. Luego, erigir la transformación de esto o aquello como divisa ideológica del propio programa no dice mucho o dice nada, porque el problema de veras es el siguiente: ¿transformar en qué? Hay en todo esto el prejuicio -un prejuicio del que ese lema de la transformación se sirve- de que lo que se espera mañana es siempre mejor de lo que se deja atrás; que lo nuevo, fuere cual fuere, es mejor que lo viejo; que a la vuelta de la esquina el paisaje es mejor que el que se tiene delante de los ojos; pero todos saben que ese es un prejuicio irracional.En suma, la transformación por sí misma no es intrínsecamente virtuosa; luego, esgrimirla como marca identitaria es un pase de manos, un gesto en el que cada uno verá lo que quiere ver. El valor de una transformación, cualquiera él sea, es función de aquello que se persigue y de lo que hay que hacer para alcanzarlo. Quizá el FA y el PC harían bien en develar el misterio, dejar de hablar de...

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