La hora de las parras italianas
-¿Cuál es el apuro?
Piano piano si va lontano.
Castelli pasa del español al italiano sin darse cuenta. Lleva casi un cuarto de siglo visitando Chile por trabajo, donde asesora proyectos vitivinícolas. Entre quienes lo motivaron a venir a Chile está Francesco Marone Cinzano, el conde y viticultor de Montalcino que instaló la viña Reserva de Caliboro en el valle del Maule. Su otro acompañante es Andrés Sánchez, enólogo de la viña Gillmore, con quien ha trabajado en Italia y Chile.
Con Sánchez se planteó una meta radical: introducir una gran cantidad de cepas italianas a Chile.
El proyecto se ha cocinado a fuego lento. Tras casi una década desde que bosquejaron la iniciativa, las primeras parras "chilenas" de aglianico, montepulciano, terrano, incronio manzoni, vermentino y falanghina, entre otras, crecen en un jardín de variedades que Vita Vitis, la empresa que formaron Castelli y Sánchez, instaló en Loncomilla, Región del Maule. Este año realizaron las primeras vendimias experimentales y su objetivo es comenzar a ofrecer plantas a viticultores a partir de 2017.
-Chile es un país con una gran diversidad geográfica, muchos más tipos de suelo que Argentina, por ejemplo; sin embargo, tiene pocas cepas para explorar esa complejidad, argumenta Castelli.
Andrés Sánchez, en tanto, explica que se enfocaron en variedades de la zona centro sur de Italia, por tener suelos con presencia de material volcánico y alta luminosidad, características similares a las que se dan en buena parte de Chile.
El enólogo chileno explica que la mayoría de las variedades a las que tiene acceso un viticultor provienen de regiones continentales con suelos, radiación solar y climas distintos a los que existen en Chile.
-En todo caso, no queremos hacer vinos italianos en Chile. Lo que buscamos es entregar nuevas alternativas a los productores para representar el terroir local. Es abrir la paleta de colores para representar el paisaje, no solo usar los mismos de siempre, afirma Andrés Sánchez.
LENTO TRABAJO
Maurizio Castelli cree que el objetivo de ver cepas italianas instaladas en forma masiva va a quedar para las próximas generaciones. Lo suyo es dar el puntapié inicial.
-Mi beneficio acá es principalmente emocional. Va por el desafío profesional de partir con algo nuevo y por la sensación de aportar a un país que me gusta mucho. Quizás los chilenos no se dan cuenta del gran país que tienen.
Castelli asesora casi 40 bodegas en Italia y California, por lo que dinero no es...
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