La hora de la derecha - 27 de Mayo de 2023 - El Mercurio - Noticias - VLEX 932358373

La hora de la derecha

Se debate intensamente en qué forma la Constitución debe consagrar el derecho de los padres a educar a sus hijos.Mientras, la educación pública se cae a pedazos, sin que el Estado de Chile haga mayor cosa por sostenerla. Se controvierte con fervor acerca de si y cómo la Carta Fundamental debe consagrar la libertad de los afiliados al sistema de salud de elegir entre aseguradores públicos o privados. Mientras, las aseguradoras privadas arriesgan quebrar por culpa de 10 años de inacción legislativa para volver a regular el precio de esos seguros después de un fallo del TC y ahora por la decisión de la Corte Suprema de entrarle al problema con sentencias de carácter general, para cuya dictación no es competente, cuyos procesos no le permiten hacer eso bien y vulnerando ostensiblemente reglas de debido proceso. El debate constitucional se centra también en el administrador de fondos de pensiones, mientras el sistema político lleva 20 años mostrándose incapaz de concordar reformas de pensiones, que resultan urgentes.Los problemas constitucionales de Chile no son de declaraciones identitarias y ni siquiera tanto de derechos. El problema constitucional de Chile es que las reglas hacen aún más difícil (que lo que ya hace el ambiente político) que el Estado aborde y solucione los problemas que aquejan a la gente. El problema constitucional de Chile es la mala manera en que organiza el poder político.La derecha tendrá ahora el control absoluto del proceso constituyente. Tendrá el derecho legítimo (conforme a las reglas) de restablecer vaguedades jurídicamente inútiles que le son muy queridas, como la subsidiariedad, el derecho preferente de los padres a educar a los hijos o reservar un capítulo propio para las Fuerzas Armadas y de Orden; podrá también consagrar la existencia de aseguradores privados de salud, cuando ningún programa político relevante amenaza aquello, o la existencia de seguros privados previsionales, que tampoco están en cuestión.Si lo hace, la derecha no podrá, sin embargo, explicar nunca por qué esos principios y reglas se necesitan en una Constitución y cómo es que no son otra cosa que su propio programa político elevado a rango constitucional, normas que no tienen otra función que la de evitar que sus adversarios deshagan su obra cuando lleguen al poder.Si la derecha en el Consejo decide darse el gusto de entronizar su programa político, no lo hará más duradero. Volveremos a debatir acerca de la...

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