La hora de la adultez - 18 de Septiembre de 2022 - El Mercurio - Noticias - VLEX 910634433

La hora de la adultez

Han pasado dos semanas desde que la izquierda sufriera la derrota electoral más dura de su historia. Dos semanas para masticar, dos semanas para rumiar, dos semanas para mirarse en el espejo de sus errores y desvaríos. Supongo que no se trata de un proceso fácil. Después de todo, el 4 de septiembre cierta izquierda jugaba, al todo o nada, un proyecto histórico trabajado durante décadas; proyecto que, según sus defensores, permitiría enterrar de una buena vez el legado de la dictadura y los nefandos 30 años que le siguieron. O, como dijo el senador Núñez, se trataba de acabar con el neoliberalismo en un solo acto. Ese día sería un momento total y totalizante, que condensaba todos los libros y artículos escritos, todos los seminarios dictados y todas las consignas gritadas con furor en tantas y tantas marchas: las grandes alamedas estaban allí, al alcance de la mano. Sin embargo, los ciudadanos no estuvieron de acuerdo. La derrota fue contundente y sin apelación posible. El país que la izquierda había imaginado simplemente no existe, y quizás nunca existió fuera de sus afiebradas mentes. No hay en Chile mayorías disponibles para abolir los 30 años, y los cambios -necesarios- habrán de hacerse en continuidad con nuestro pasado.La pregunta que surge es, desde luego, cómo seguimos a partir de acá, sabiendo que el primer derrotado fue el Gobierno. En efecto, el oficialismo lo apostó todo al 4 de septiembre, condicionando la viabilidad y ejecución de su programa. Incluso las decisiones de política pública estaban suspendidas a un plebiscito incierto (la reforma de salud, la firma de tratados internacionales, y así). En otros términos, se dio el lujo de dejar de gobernar para hacer campaña -solo así puede explicarse que el equipo ministerial liderado por Izkia Siches haya durado tanto tiempo-. Por lo mismo, el Ejecutivo se ve enfrentado a una disyuntiva extraña, aunque es de su entera responsabilidad: su programa fue duramente castigado en las urnas, pero nadie quiere tomar nota. No tenemos la menor idea de cuál es la hoja de ruta del Gobierno para lo que viene. Por un lado, se insiste en que la voluntad transformadora "sigue intacta", pero, por otro lado, sabemos que eso carece de viabilidad. Nunca fue más claro que el Frente Amplio no tiene proyecto político, y de allí su incapacidad a adaptarse a las circunstancias: sus posturas son morales y estéticas antes que propiamente políticas.El Gobierno no saldrá de este entuerto (que, dicho sea de...

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