El hombre de tres siglos
Celino Villanueva Jaramillo está cansado y eso no es raro. A los 119 años de edad la salud del hombre más longevo de Chile está en franco deterioro.
-Físicamente está bien, pero creo que es su cabeza la que ya quiere descansar. Se pierde en sus pensamientos... a veces no sabe dónde está y quiere arrancar.
Marta Ramírez (79) es la mujer que en los últimos 20 años se ha encargado de cuidarlo. Su hija, Ivonne Morales, añade que "la primera que despierta en la mañana sabe que debe ir a su pieza y revisar que esté respirando".
Sin mujer ni hijos
Pocos meses antes de su nacimiento, en un lugar indeterminado, el 25 de julio de 1896, el mundo celebraba la realización de los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna en Atenas, mientras en Chile, el país aún estaba profundamente marcado por la división que dejó la guerra civil ocurrida cuatro años antes y se reponía de sus secuelas.
En 1908, Estados Unidos sacaba a la venta el primer modelo "T" de la compañía Ford, inaugurando de paso la producción automotriz en serie. En el sur de Chile, Celino contaba 12 años cuando fue enviado por sus padres, Juan Villanueva y Flora Jaramillo, a la escuela de Auquinco. En esa localidad rural, distante a unos 17 kilómetros de La Unión, cursó primer y segundo año básico, bajo la tutela de la profesora Luzmira Bastías. Gracias a ella aprendió a leer.
Según la historia que Celino relató a Marta e Ivonne, sus estudios fueron suspendidos tempranamente, porque ya estaba en edad de trabajar. Y como era bueno en la tierra, agarró su azadón y partió a ganarse la vida a Panguipulli, a la casa de la familia Toledo.
-De ellos siempre hablaba, decía que eran muy buenos patrones. Una vez los quisimos ubicar, pero resulta que están todos muertos.
Por cerca de 40 años trabajó bajo las órdenes de los Toledo, en Panguipulli. Allí supo que había estallado una gran guerra en Europa. Entre heladas, calores y cosechas se enteraría, un par de décadas después, de que el Viejo Continente se sumergía en otra enorme conflagración bélica. Después deambularía durante años por Lanco y Río Bueno, donde sintió como la tierra rugía y se abría bajo sus pies.
Tras el terremoto y maremoto de 1960, que reconfiguró la zona sur del país, Celino decidió radicarse de forma definitiva en Mehuín, en la actual Región de Los Ríos.
Ahí se encontró con Viviano Nahuelpán (75) y Juan Luis Matías (89), mientras se instalaba en la villa Nahuel junto a su padre, quien era conocido como el "pata e palo".
-Conocí al...
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