El hombre que secuestró al gobierno italiano con su cruzada contra los inmigrantes
Matteo Salvini conoce muy bien cuál es su juego. Durante años el líder de la xenófoba Liga acaparó titulares con frases efectistas como "tenemos que prepararnos para desobedecer", o por llamar a sus seguidores a darle "una patada en el culo a los parásitos de Roma". Sin ningún título profesional, pese a haber estudiado 16 años en la universidad -"soy un vago", reconoció una vez-, tiene claro cómo llamar la atención siguiendo los pasos de la política-espectáculo que explotaba Silvio Berlusconi. Incluso hace tres años se animó a posar semidesnudo, con nada más que una corbata verde, para una portada de una revista del corazón que preguntaba: "¿Confiarías Italia a este hombre?". Él mismo justificó su poca vergüenza: "Sé que tendría que ir al gimnasio, pero con tal de que se hable de nuestras ideas, estoy dispuesto a todo".
A un mes de asumir como ministro del Interior, Salvini ha demostrado que no ha perdido su toque. El también Vicepresidente de Italia ha protagonizado polémicas casi diarias por sus declaraciones radicales y se ha convertido en el principal rostro del gobierno populista conformado por su partido y el Movimiento 5 Estrellas (M5S), al que pertenece el insípido Primer Ministro Giusseppe Conte, totalmente eclipsado en el debate público.
Los italianos sabían muy bien quién era: Salvini, un orgulloso milanés de 45 años, es el racismo de Donald Trump sin la impredecibilidad. De todos modos, ha sorprendido cuán desenvuelto se le ha visto en el gobierno. Ya en su primer día en el cargo anunció que "se acabaron los buenos tiempos para los (inmigrantes) ilegales", y les advirtió a los 500.000 supuestos indocumentados que "llegó la hora de hacer las maletas". También les dedicó un mensaje a sus socios de la UE: "Italia ya no es el felpudo de Europa", en referencia al cierre de los puertos italianos a los barcos con refugiados que cruzan el Mediterráneo.
Salvini no tardó en demostrar que hablaba en serio, cuando rechazó el desembarco de 629 refugiados africanos que habían sido rescatados frente a las costas de Libia por el buque "Aquarius", los que finalmente fueron acogidos por España. El ministro del Interior lo celebró como un gran éxito: "De acuerdo con el proyecto de reubicación, España tendría que haber acogido a 3.265 solicitantes de asilo de Italia, pero hasta ahora solo ha recibido a 235, por lo que puede acoger las próximas cuatro barcazas", dijo.
La semana pasada volvió a advertir a un barco con bandera holandesa de la ONG...
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