Un hombre de ideas - 3 de Octubre de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 583740382

Un hombre de ideas

Nadie produce más opiniones divididas que Henry Kissinger. Como asesor de Seguridad Nacional y luego secretario de Estado en los gobiernos de Richard Nixon y Gerald Ford, Kissinger fue una superestrella mediática, pero también fue rechazado por sus ex colegas de Harvard. En 1973 obtuvo el Premio Nobel de la Paz; sin embargo, críticos como Christopher Hitchens insistían en que él merecía ser juzgado por crímenes contra la humanidad. Kissinger ha sido celebrado como el diplomático supremo del siglo XX de EE.UU. No obstante, después que dejó de servir en el gobierno en 1977, apenas a los 53 años, ningún Presidente le confió un alto cargo de nuevo.

Dentro de este disputado terreno se desplaza seguro Niall Ferguson, con la primera parte magistral de una biografía de dos volúmenes. Ferguson, un historiador británico también de Harvard, ha producido en el pasado una obra que ha sido precipitada y desigual. Lo que no ocurre aquí. Ya sea que le agrade Kissinger o lo deteste, esta es una obra que muestra una erudición fascinante.

Hay tres conclusiones en el centro del análisis de Ferguson. La primera, y la más valiente, es que el período anterior a que Kissinger llegara a ser un estadista merece todo un volumen para sí mismo. Es muy inspirado. Crea espacio para un horrendo relato del adoctrinamiento de los nazis en Fürth, la ciudad natal de los Kissinger en Bavaria, y la persecución cada vez más intensa que gran parte de su población judía -la que incluía al padre de Kissinger- encontraba casi imposible de concebir. Ferguson logra describir el desarrollo intelectual de Kissinger después de la II Guerra Mundial. Aquí se puede ver a través de las cartas, artículos y libros de una mente brillante un comentario interesantísimo sobre la geopolítica de las décadas de 1950 y 1960, lo que incluye el atolladero en Vietnam y la lucha con la Unión Soviética por Berlín y Cuba.

Esto lleva a la segunda conclusión de Ferguson: que Kissinger es importante debido a sus ideas. La comparación es con la celebrada biografía de Walter Isaacson, la que analiza al sujeto principalmente en términos de su carácter, problemático. Puesto que a Ferguson le interesan las ideas, leyó las obras de Kissinger con todo cuidado. Por lo tanto puede refutar las afirmaciones simplistas de que el profesor es básicamente un partidario de Maquiavelo o un simple exponente de la política europea del equilibrio de poder del siglo XIX sobre la cual él escribió.

En cambio Ferguson expone cómo el...

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