El hombre que empoderó a las noruegas
El 22 de febrero de 2002, Ansgar Gabrielsen -59 años, entonces ministro de la Industria y del Comercio de Noruega y miembro del Partido Conservador - puso en obra su plan maestro.
Era invierno en Noruega y él había pasado las últimas semanas revisando informes sobre mujeres en los directorios de empresas y recordando el debate que se había dado a mediado de los 90, cuando en ese país el mundo empresarial aseguró que se esforzaría de motu proprio en hacer sus directorios más igualitarios en términos de género. No había pasado nada. El porcentaje de mujeres en esos cargos seguía representando solo un seis por ciento y el ministro Gabrielsen decidió que ya era suficiente.
-Empecé a darle vuelta al asunto solo. Me interesaba que hubiera un cambio y me di cuenta de que la única manera de hacerlo era con una ley. Eso no estaba en la línea de lo que quería mi partido y tampoco era una política de mi gobierno. Sabía que si quería hacer esto, tenía que hacerlo de otra manera. Y decidí perseguir mi meta -dice.
Ese 22 de febrero, sin decirle nada a nadie, Gabrielsen llamó a unos periodistas que conocía y que trabajaban para el principal diario noruego. Los citó a su oficina.
-Llegaron y les dije que haría una ley. Les expliqué toda mi propuesta: que les daría cinco o seis años a las empresas para que cumplieran la meta de tener 40% de mujeres en los directorios y que si no se daba, entonces la ley empezaría a regir. Me junté con ellos el 22, y el 23 mi propuesta salió publicada. En ese momento no había hablado al respecto ni con el Primer Ministro ni con el presidente de mi partido, porque sabía que no me apoyarían.
Sentado en el lobby del Hotel Sheraton de Santiago, donde pasó unos días a mediados de enero para participar en un seminario sobre Economía y participación femenina realizado por la organización Hay Mujeres, la Embajada de Noruega y la Subsecretaría de Economía, Gabrielsen recuerda con cierto gusto esa época en la que, asegura, vivió "un infierno" dentro de su propio partido, pero se convirtió también en "un héroe" para la sociedad civil. Sigue:
-Usé los medios para decir: "está es mi declaración de principios y renunciaré al gobierno si este no me apoya". Pero éramos 19 ministros y yo sabía que tendría el apoyo de los nueve que no eran conservadores. Al alejarme de la postura de los ministros de mi partido, cambiaría el equilibrio, me convertiría en el décimo a favor de la iniciativa y obtendría la mayoría -explica.
un pseudofeminista
Al conversar, Ansgar Gabrielsen se apura en aclarar que no es un feminista. Asegura que nunca...
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