El hombre que cría tumores - 24 de Julio de 2022 - El Mercurio - Noticias - VLEX 907939424

El hombre que cría tumores

David Cronenberg (1943) sitúa su nueva película en un futuro paralelo, extraño, donde la arquitectura, el confort y la tecnología -con importantes excepciones-, se han quedado congelados en la década de los 80. Pero los hombres han dejado de sentir dolor físico, lo que les permite sentir placer cuando son cortados por un bisturí. La cirugía estética, en consecuencia, va en su quinta derivada y la mutilación y deformación de los cuerpos es el nuevo avant-garde . En ese mundo, Saul Tenser (Viggo Mortensen) es una de las estrellas del circuito del arte, una celebridad instantáneamente reconocida donde llegue. Su arte consiste en crear nuevos órganos en su abdomen -suerte de órganos informes o tumores- que Caprice (Léa Seydoux), su pareja tanto en el escenario como fuera de él, extirpa en vivo durante unas performances llenas de onda, pulcritud y sensualidad, que son registradas por una audiencia silenciosamente excitada. Pero antes de eso, al comienzo de la cinta, un niño que come plástico es asfixiado por su madre. Más temprano que tarde el destino de Saul y del niño se encontrarán.Si bien algunas películas de Cronenberg son de trama relativamente sencilla, directa, inscritas o casi inscritas a géneros determinados, otras son más sueltas, menos evidentes, más raras. Esta es de las últimas. Saul, además de criar tumores, es un informante para la Policía de los Nuevos Vicios, departamento que trata de seguir o perseguir los extraños cambios corporales que están conociendo los seres humanos pero que recurrió a aquel nombre porque era más "sexy". Saul asiente cuando el policía le cuentan esto, porque entiende perfectamente el valor de que algo sea "sexy" . ¿Pero el que asiente en el fondo no es también el mismo Cronenberg, que ha vestido también de aura sexy muchas de sus películas? ¿Se está autocomentando, autoparodiando? Como es posible imaginar, esta no es de aquellas películas de Cronenberg que te mantienen al borde del asiento. Sí funciona en entregar esa atmósfera ominosa, indeterminada, algo decadente, tan propia de este canadiense, donde no solo suma la premisa y la dirección de arte, sino que también la misma actuación, especialmente la de Viggo Mortensen, que coopera en poner al espectador...

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