La historia rebelde de Francisco Solar - 30 de Noviembre de 2013 - El Mercurio - Noticias - VLEX 478754970

La historia rebelde de Francisco Solar

Solar había pasado parte de su niñez en Laja, donde su padre trabajaba como ejecutivo en la papelera de CMPC. Allá la empresa implementó un club de tenis para los hijos de los funcionarios. Carlos Marchant era el entrenador jefe: "Francisco empezó a jugar de chico y era muy bueno, con muchas condiciones; a los 12 era de los mejores del país, en una generación donde estaban González y Massú. Siempre que jugábamos en Viña del Mar alojaba en la casa de Nicolás. Llegamos a un punto donde, por su talento, era evidente que iba a necesitar algo más profesional. Lo hablé con los papás y fue una de las razones por las que se fueron a Santiago, para apoyarlo".

Solar se unió a la Universidad Católica, como parte de programa "Campeones para Chile". Participó de giras sudamericanas y solía ganarles a jugadores de mayor edad que él, siempre una buena señal en la etapa de formación. "Era extraordinario, muy cerebral, a mí me encantaba. Tenía algo del Chino, jugaba sin presiones, disfrutando", dice Felipe Puelma, ex técnico de Marcelo Ríos, quien lo recibió en la UC. Solar solía contarles a sus amigos, décadas después, dos hazañas: atesoraba la tarde que en Brasil venció a Gustavo Kuerten en un campeonato de pimpón y las veces que le había ganado a Massú en torneos de juniors. Cada vez que lo veían jugar en televisión sus amigos lo miraban y le decían: "Y mira donde estái voh...".

Sus papás los matricularon en el Sagrados Corazones de Manquehue, en quinto básico. En la educación media fue dejando de lado el deporte. Sus entrenadores lo notaban cada vez con menos tolerancia a la frustración, factor clave para dar el paso a los profesionales. Un compañero de curso del colegio recuerda el cambio: "Cuando dijo que quería estudiar Antropología fue bastante poco común para todos nosotros. En la generación la mayoría resultaron ser abogados e ingenieros. Y un sacerdote. En su sociabilización él comenzó a buscar espacios que no eran comunes para nosotros".

En la biografía de su anuario de 1997 se lee:

"Todo su talento y estado físico empezó a desaparecer; a cambiar las raquetas por monedas, los Gatorades por los schops, las zapatillas por bototos, las chaqueta Nike por chaqueta con cierres, su cintillo por un mechón, su muñequera por pulseras con púas. Era un destacado alumno, pero a medida que fue creciendo sus notas fueron decreciendo. Al Chute se le puede ver en la Alameda, en el centro, donde haya disturbios, recitales, mohicanos y punks, ya que su alma de punk (de San Carlos de Apoquindo) está en esos barrios".

En el apartado "deseo frustrado", escribieron:

"Tener una polola punk".

En su declaración durante el caso Bombas, Solar dijo: "Estuve de quinto a cuarto medio y no repetí ningún curso. Jamás tuve un problemas de indisciplina, ni fui sancionado por las autoridades".

Ahí mismo contó uno de sus primeros episodios como estudiante de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.

"En una fiesta ninguno de mis compañeros sabía mi nombre y uno me llamó y me dijo: oye cariñosito, ven. En la universidad nadie sabía mi nombre, me parecía a los ositos y quedé así".

El primer año, Solar reprobó dos ramos. Socialmente se adaptó con facilidad, aunque no fue, ni cerca, de los más movilizados de la carrera. "Más que ideologizado por las ideas anarquistas o las protestas sociales, estaba más en la onda punk, de ir a recitales. Se hizo un mohicano. En el ambiente de la universidad era uno más", dice un amigo.

En uno de esos conciertos, en 2002, Solar conoció a Gustavo Fuentes Aliaga, el "Grillo", un ex estudiante de Dibujo Técnico y Relaciones Públicas y una figura conocida en los círculos más subversivos que habitaban el campus Juan Gómez Millas de la Universidad de Chile. "En 2003 nos hicimos bien amigos, él frecuentaba mi casa, yo vivía en Bellavista en ese tiempo. Nos unían los gustos musicales", declaró Solar a la justicia. Fuentes Aliaga fue detenido en 2004 durante una manifestación por portar una molotov e incendiar una moto de Carabineros. Solar lo visitó varias veces en la cárcel para llevarle encomiendas, en medio de críticas de su propio círculo cercano por dar el próximo paso: más que un activista social estaba solidarizando con un delincuente. "Muchos le dijimos que no se expusiera a eso. El 'Grillo' tenía como 20 detenciones en ese punto, además tenía antecedentes psiquiátricos, pero él, entre medio ingenuo y medio hue..., siguió ayudándolo. Era el único que iba a verlo", comenta alguien que compartió con Solar en esos años.

Fuentes Aliaga fue absuelto de esa causa. Al año siguiente fue detenido y condenado por tráfico de drogas en la Universidad de Chile. "Tenía problemas con el alcohol también, ahí le hice saber explícitamente el fin de nuestra amistad. Él no le tomó mucha importancia, me siguió buscando, llamando, pero era una tema claro...

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