La historia de una profesora en el top ten - 4 de Noviembre de 2023 - El Mercurio - Noticias - VLEX 951151457

La historia de una profesora en el top ten

Geisha Bonilla , 58 años, madre de 4 hijos, devota de la Virgen de Andacollo, profesora de Lenguaje y Filosofía, directora del Colegio Lorenzo Baeza Vega de Isla de Pascua, y una de las diez finalistas que podrían ganar el Global Teacher Prize Internacional que entrega la Fundación Varkey en colaboración con la Unesco, dice que recuerda exactamente el día en que la pedagogía se le metió en el cuerpo.Fue un lunes de 1988, en el Liceo Industrial José Tomás Urmeneta de Coquimbo.-Esa fue la primera vez que tuve que hacer clases, como parte de mi práctica. Atrás estaba sentada mi supervisora, la profesora de metodología. Ingresaron los estudiantes de cuarto medio, que tenían 17 años, en ese tiempo yo tenía 22. Tomé la tiza, me di vuelta hacia la pizarra, dándoles la espalda a los estudiantes y pensando "no puedo".Geisha era muy tímida, rasgo que se había visto acentuado por una rara enfermedad que sufría desde los siete años y nadie había sabido diagnosticar: de repente se desplomaba.Mucho después, cuando llegó un médico especialista a La Serena, supo que era un problema al oído; tenía el mal de Ménière, que la hacía perder el equilibrio vertiginosamente y desmayarse. Y, a causa de este problema de salud, creció como una joven muy retraída y protegida por su entorno, aunque muy estudiosa, muy lectora, que siempre sacaba las mejores notas. Al momento de su práctica, la supervisora le había dado una sentencia lapidaria. "Dijo que no podría ser profesora, porque no tenía voz, no eres capaz de hablar. Lloré una semana entera".-Seguía mirando la pizarra y los niños empezaron a silbar. Y un chico, que era el presidente de curso, Carlos se llamaba, los hizo y callar y dijo: "Vamos, profe, si usted puede, la estamos esperando". Y ahí me di vuelta y fue como !paf¡, como que la pedagogía se me metió al cuerpo. Logré sacar la voz y les empecé a hablar de Machado, de Jiménez, los poetas de la Generación del 98, que era la unidad que les tenía que pasar. Hasta les recité. Los niños estaban embobados... Ese día descubrí lo que es ser profesora.-¿Fue importante el apoyo de los estudiantes?-Fue fundamental. Me dieron confianza. Por eso creo que el profesor no nace, se hace. Gabriela Mistral dice que los profesores moldean al niño. Pero también creo que los niños moldean al profesor. Yo soy producto de todas esas generaciones de estudiantes a los que les he hecho clases, de todas las experiencias en el aula (...). Después de ese día, además, empecé a disfrutar de hacer clases. Iba feliz, con una sonrisa, incluso sin el temor de que me pasara lo que me pasaba. Por eso gran parte de mi sanidad se la debo a mis estudiantes.En esos años, además, Geisha Bonilla le bailaba a la Virgen. Pertenecía a un grupo de danzantes de la Virgen de Andacollo desde los 15 años, de quien sus padres eran devotos. Ella le pedía que se le acabara el vértigo. Cuenta que cuando quedó embarazada de su primer hijo, a los 24 años, los desmayos se acabaron.-El médico me decía que era un milagro, porque de verdad se me pasó. Empecé a salir a las calles, a disfrutar. Y con mayor razón me entregué a la Virgen. Ahí me convertí, además, en la profesora que se disfrazaba, que participaba en cuanta actividad había.-Perdió el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR