La hija del narco - 18 de Junio de 2011 - El Mercurio - Noticias - VLEX 283999187

La hija del narco

Nicolt Morales Lavín se levantó temprano ese lunes de abril de 1998. Estaba en quinto básico y no le iba bien. Debía hacer sus tareas de matemáticas. Pero Héctor Morales Domínguez, su papá, ex carabinero, alias "El Neme", le pidió que lo acompañara a su negocio, una panadería en San Miguel.

Fue fácil convencerla. Nicolt se subió al auto, puso la música que ella quería y no se amarró el cinturón de seguridad porque le molestaba. Cuando habían recorrido tan sólo unas cuadras desde el pasaje San Hipólito de La Florida donde vivían, villa Rojas Magallanes, todo cambió.

Héctor se puso nervioso. Pegó sus ojos al retrovisor. Â

-Papá, papá, ¿qué pasa? -preguntó Nicolt. No hubo respuesta. Entonces ella los vio: varios autos de la Policía de Investigaciones estaban casi encima. Héctor hizo una maniobra rápida, se acercó a la vereda, se detuvo, extendió su brazo sobre su hija, le abrió la puerta y le gritó:

-!Bájate¡ !bájate¡

Ella saltó y su padre volvió a acelerar.

Ahí, arrodillada en el pasto de la vereda, con el eco de las sirenas alejándose en una frenética persecución, Nicolt se dio cuenta que en realidad su padre no era quien ella creía, cuentan sus cercanos.

Tenía 10 años.

Desde chica había escuchado en las reuniones familiares que sus abuelos habían traído desde España la tradición de producir pan. Hasta los vecinos del pasaje llamaban a su padre "El Panadero". Lo que Nicolt no sabía era que Investigaciones hace rato que estaba tras los pasos de una banda especializada en robar camiones de valores. El modus operandi era casi siempre el mismo: vestidos con chalecos antibalas y ropas con los emblemas de Carabineros, los delincuentes simulaban un control de seguridad, obligaban a los guardias a bajarse y los maniataban, para luego quedarse con el dinero. La prensa de la época apuntó al papá de Nicolt como el cerebro de la banda.

"El Neme" recibió una sentencia de 10 años y un día.

"El señor Morales era un siete. A mí, cuando me pagaban con un cheque los viernes después de las 2 de la tarde, me los cambiaba sin ningún problema. Sólo supe lo de los camiones cuando lo metieron preso", comentó a "Sábado" un vecino de los Morales.

El golpe fue duro para la familia. Rossana Lavín Vergara, la mamá de Nicolt, no trabajaba, así es que pusieron en arriendo la casa y se cambiaron a la de la abuela, en calle María Auxiliadora, en San Miguel. Ahorros tampoco tenían. A Morales Domínguez no le había resultado ninguno de los negocios que intentó tras su paso de dos años por Carabineros, de donde fue expulsado en 1987.

Para Nicolt el cambio no fue tan malo. La casa de la abuela Celsa le quedaba a sólo unas cuadras del Parroquial San Miguel, su colegio desde kínder. Ese era el lugar donde mejor lo pasaba. Participaba en la pastoral y, varios años después, en primero medio -gracias a su nariz respingada, ojos claros y bonita figura- los alumnos de cuarto se peleaban por invitarla a salir.

Pero en la casa, el fantasma del papá preso penaba.

Al poco tiempo de la detención, según recuerdan familiares, Rossana Lavín pasó del alcoholismo a la drogadicción. Estuvo internada en un centro de rehabilitación, rompió su tratamiento y la angustia por no tener plata para seguir consumiendo la llevó a amenazar, cuchillo en mano, a sus hijos para poder comprar. "Le tenían que esconder las cosas de la casa. La Nicolt y sus dos hermanos eran rechicos y tenían que arreglárselas solos", cuenta un pariente de los Morales Lavín.

"El Neme" salió en libertad condicional por buena conducta en 2004. Pese a las dificultades, todo pareció volver a la normalidad. Rossana terminó su tratamiento, Morales instaló una especie de maestranza, MetalObrero, en una de las bodegas de la casa de María Auxiliadora, y comenzó a trabajar unos taxis. Y Nicolt se las ingeniaba para pasar de curso.Â

Pero a los dos años libre, según la investigación, Héctor entró a la clonación de tarjetas y de ahí a un negocio mucho más lucrativo: el narcotráfico. De acuerdo a los mismos antecedentes, a fines de 2007 ya tenía un capital de 80 millones de pesos, con el que creó la Inmobiliaria Los Robles, a la que le sumó una extensa propiedad en Huechuraba, en el condominio Nantes del Club Altos del Valle, donde...

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