Hélène de Fleurac - 19 de Abril de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 632742389

Hélène de Fleurac

-Estoy haciendo paté -dice y sigue de largo para alcanzar un tazón en una repisa cerca de un rincón en el que hay tres refrigeradores, uno al lado del otro-. Soy adicta al café y al té. Siempre ando con una taza en la mano. Se me quedan en todos lados.

Conocer a Hélène de Fleurac por primera vez es como encontrarse con alguien que uno siente que ha conocido desde siempre. Cercana, enérgica, conversadora y cordial emana un optimismo y unas ganas de hacer cosas que la vuelven magnética. Y eso, explicará ella sin decirlo así, es una de las principales razones por las que se ha hecho un nombre en el mundo de la gastronomía santiaguina.

En poco más de diez años, esta francesa originaria de la región de Bordeaux se ha convertido en una de las profesoras de cocina más codiciadas de la capital, una abastecedora estable de patés franceses caseros de las tiendas gourmet y, en los últimos años, en una de las proveedoras favoritas de los chefs de algunos de los mejores restaurantes de Santiago, como el Europeo, el Ambrosía, el Singular y el Da Carla, entre otros, a quienes entrega un foie gras de pato de máxima calidad que importa semicrudos desde Francia. Hoy la pequeña empresa está lejos de ser un trabajo puramente artesanal. Hélène de Fleurac importa y vende aproximadamente una tonelada de foie gras al año y sus clases de cocinas están repletas. Ha sido un salto importante desde sus primeros años en Chile, cuando se dedicaba a enseñarles a cocinar a sus amigas o a preparar patés para las ferias de las Damas Diplomáticas y para venderlos a la salida de la Alianza Francesa, el colegio al que van sus cuatro hijos. Pero ella lo dice en serio, sin tomárselo tan en serio.

-Vender foie gras es como vender elegancia francesa, ¿no?

-Sí. Claramente mi lado francés me ha ayudado. A veces me dicen "Madame paté", y eso me....

Hélène hace una mueca, se ríe, retoma y luego estalla en una carcajada.

-Si es así, claro, por último prefiero que me digan !"Madame Foie Gras"¡

Hélène de Fleurac y su marido, Louis Blanchard, llegaron a Santiago el 10 de octubre de 2001. Él es enólogo y trabajaba para una empresa que fabrica barricas de vino. Ambos soñaban con salir de Francia, así que cuando a Louis le ofrecieron ser gerente de la empresa para la región, aprovecharon la oportunidad. Hélène dejó su trabajo de químico farmacéutico en Bordeaux y aceptó el desafío. Llegaron con su hijo mayor de dos meses, una maleta llena de remedios ("no sabía mucho a donde iba", dice hoy) y la idea fija de querer insertarse completamente en el ambiente chileno, sin conocer a otros franceses. Antes, Hélène solo había viajado una vez a Portugal. Eran cinco hermanos y sus padres, dueños de una propiedad en el suroeste de Francia, preferían usar su tiempo libre para cazar y disfrutar de la vida en el campo.

-Me acuerdo que llegamos a un apart hotel en la calle Lota en Providencia. Y me gustó, lo encontré hasta lujoso. Subimos por la Alameda desde el aeropuerto y me acordaré siempre del cerro San Cristóbal iluminado; lo encontré exótico. Después nos instalamos en un departamento de la calle Luz cerca de...

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