Helen Mirren y la igualdad de salarios en Hollywood 'Aplaudo el cambio, ya era tiempo'
Casualmente en su última película, "Enemigo invisible", que se estrena esta semana, interpreta a una comandante británica, pero de armas tomar. Su personaje (la coronela Katherine Powell) tiene que dirigir desde la distancia una compleja operación con drones, donde para que mueran unos peligrosos terroristas en un pueblito de Kenia, corre peligro la vida de una niña inocente, lo que comúnmente se llama "daño colateral".
"Gracias a Dios no me corresponde a mí tomar ese tipo de decisiones. Trato de ponerme en esas botas y creo que sería una cobarde si dejara que otro decida por mí", comenta. Aunque cree que sí está en juego la vida de 200 personas o una sola, la elección debe ser más simple. Pero luego, lo piensa mejor: "No, no hay nada simple en eso. Por eso agradezco haberme dedicado a otra cosa, amo ser actriz".
Con un pantalón de lino claro, una blusa al tono y una bufanda que apenas acaricia su garganta, lo primero que impresiona de ella es la forma en que se sienta erguida. Dan ganas de que invite a tomar el té de las 5.
Helen nació en Londres, de madre inglesa y padre ruso, pero vive desde 1996 en Los Angeles con su esposo estadounidense, el director de cine Taylor Hackford.
Este año partió con ella como protagonista de la temporada de premios. Estuvo, por ejemplo, en los SAG Awards, los premios que en Hollywood otorgan los propios actores, y a los que Helen estaba nominada por su excelente trabajo en "La dama de oro", que finalmente perdió frente a Brie Larson ("La habitación").
-¿Cómo se lleva con las alfombras rojas, le divierte o lo sufre?
-Me encanta. Soy una mujer muy femenina, siempre me gustaron los vestuarios. No en esta película, claro, las ropas militares no fueron muy excitantes. Soy una actriz de teatro y me fascina entrar al escenario con algún vestuario especial, por eso me gustan las alfombras rojas y la posibilidad de usar todos esos vestidos hermosos y esas joyas. Esos vestidos son verdaderamente una obra de arte.
Interpretó el rol de reina seis veces, con el de Isabel en "La reina" ganó el Oscar en 2006, uno de los 29 premios a los que fue nominada por esa actuación extraordinaria. "Muy pocas veces pasa que a la gente le atraiga tanto cómo compones un personaje", se asombra. Su primera nominación a ese premio había sido por su rol como la reina Charlotte en "La locura del Rey George" (1994).
Ama al teatro también y ha deslumbrado en Broadway. Esta vez, en "Enemigo invisible", casi se subió a un escenario de tablas...
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