Heladeros 'de alta gama' esperan llegar a ventas por cerca de US$ 1 millón cada uno en 2016
Lo que tal vez no incorpore en su listado con tanta espontaneidad serán los helados, y por lo mismo puede que se sorprenda de que somos los líderes del consumo de ese producto a nivel latinoamericano. Y por lejos: según el ranking 2014 de la consultora Euromonitor, mientras los chilenos tomamos 8,2 litros de helado envasado al año por persona, los brasileños apenas alcanzan los 3,5; los colombianos los 2,1; y los argentinos, dos.
Y a eso sume lo que se compra en heladerías (y que no es envasado): así, de los 8,2 litros per cápita anuales, llegamos con facilidad a los 10 u 11 litros, estima Jorge McKay, uno de los dueños de La Fête, chocolatería que hace poco más de un mes debutó con una nueva línea de helados gourmet . De ese total, en torno al 6% o 7% corresponde a consumo de lo que se conoce como helados "de alta gama", según el empresario.
El kilo de helado es hasta siete veces más caro en heladerías premium. Y es que no solo tomamos mucho helado -el consumo creció 10,9% entre 2009 y 2014-, también estamos dispuestos a gastar más por un producto gourmet .
Las cifras hablan por sí solas: la versión simple de un helado de alta gama cuesta fácilmente el doble si se lo compara con un clásico danky (en promedio, Nogatonga bordea los $1.000). Y el costo se puede elevar hasta siete veces más si se trata del kilo o litro de helado premium versus una cassata tipo (en Lider.cl la cassata tricolor de litro de Savory se encuentra a $1.990).
Aprovechando esta tendencia, son varios los empresarios y chefs que han apostado por los helados premium . "El Mercurio" seleccionó tres que debutaron este año dentro de la categoría.
Moritz Eis es una de ellas. Desde Serbia y con presencia en varios países de Europa del Este, en noviembre de 2014 aterrizó en Chile. Partió tímidamente con presencia en ferias, bazares y un pequeño local en Chicureo, y en diciembre con su primer local en el mall Casa Costanera.
Tras esta nueva propuesta está el ex banquero austríaco Moritz Fried, quien se instaló en Chile animado por su amigo y socio, el fallecido empresario Douglas Tompkins. Su anhelo es incorporar al helado dentro de lo que se conoce como slowfood , ofreciendo un producto que se fabrica artesanalmente, sin conservantes, preservantes ni pulpa de fruta, y que utiliza materias primas importadas de diferentes países. Según cuenta Ximena Olivares, gerenta general de la heladería en Chile, el chocolate se trae de Bélgica, los pistachos de Turquía y la vainilla de...
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