Hacer del arte una vida - 6 de Enero de 2024 - El Mercurio - Noticias - VLEX 974084629

Hacer del arte una vida

L a palabra "eccidio" se traduce del italiano como "masacre", y surgió hace unos años en las conversaciones entre Iván Navarro y Antonio Arévalo, amigos desde 2009, cuando este último presentó al artista en el pabellón de Chile en la 53° edición de la Bienal de Venecia. En esos diálogos apareció el término a partir de las llamadas Fosas Ardeatinas de Roma, el lugar donde los nazis fusilaron a 335 personas en marzo de 1944. Por entonces, Navarro investigó sobre el tema y fue a lo que volvió cuando aceptó la propuesta de Arévalo de hacer una obra site-specific en una torre medieval de Sipicciano, en la provincia italiana de Viterbo. La vieja construcción estaba abandonada, pero antes había sido ocupada durante décadas por Enel, la compañía que proveía de electricidad al pueblo. Por eso, para el curador de arte, crítico y escritor chileno tenía sentido que el micromuseo que decidió fundar allí abriera sus puertas con una instalación hecha por "una de las firmas de la luz más importantes de su generación en todo el mundo", según declara desde su casa en esta entrevista concedida vía Zoom. "Navarro realizó una obra con la palabra 'eccidio' con letras de neón que se refleja en un espejo. La gente ve un pozo gigantesco infinito, que da miedo mirar por su efecto de profundidad, pero que no tiene más de 100 centímetros. Él la donó para siempre, y no voy a sacarla de la torre. Lo que estoy haciendo ahora es traer a artistas que dialoguen con esa obra", cuenta Arévalo.De esa manera podrá continuar con la labor de promotor del arte contemporáneo que comenzó en los años 90, aunque ya en los 80 se gestaba lo que sería su trayectoria. Que toda su carrera la desarrollara en Italia partió casi como una casualidad. Fue porque llegó allá exiliado en 1975, a los 16 años, luego de refugiarse en la embajada de ese país en Santiago. Militante comunista, inició en Roma una vida que jamás imaginó, pese a que intuía una relación con el arte a partir de su gusto por el dibujo, la pintura y la poesía. Recibió ayuda de Naciones Unidas y de distintos chilenos, algunos exiliados como él, con quienes se nutrió y sintió el impulso de la escritura de poesía. Participó de un taller literario; conoció luego a Francisco Smythe y Paulina Humeres, "mis hermanos de recorrido creativo"; se vinculó más con las artes visuales y llegó al teatro. "De ahí me fui a conocer lo mejor de Roma, de Italia, del universo y de la humanidad; viajé a dedo por Europa, hice la revista Palimpsesto...

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