¿Qué hacemos con las noticias falsas? - 23 de Julio de 2023 - El Mercurio - Noticias - VLEX 939638876

¿Qué hacemos con las noticias falsas?

Una parte de la izquierda no tiene problemas con la prensa libre y aguanta las críticas con sentido deportivo o, al menos, con una estoica resignación. Otros, en cambio, se ponen muy nerviosos. Entre estos últimos, el arco es muy amplio y va desde Nicaragua o Venezuela, donde ser profesional de la prensa es muy peligroso, hasta las amenazas de AMLO y las funas del kirchnerismo a los periodistas incómodos.En Chile, el espectro de los descontentos con la prensa libre es también variado. Los que tenemos algunos años, recordamos los empeños de la Unidad Popular por controlar la Papelera, como medio de asfixiar a la prensa opositora, o sus clausuras del diario Tribuna o la revista Sepa. Por supuesto que las tribulaciones de esos medios no son comparables a las que sufrieron años después las revistas Análisis, Cauce o Apsi, pero el gobierno de la Unidad Popular se presentaba como democrático y esos esfuerzos por silenciar a la prensa no calzan con sus palabras.Hoy corren tiempos mejores. Es verdad que el Presidente Boric ha sido muy poco deferente con los periodistas en diversas oportunidades; sin embargo, no ha pasado a mayores.También me parece raro que, desde el 11 de marzo de 2022 hasta la fecha, los lectores de "El Mercurio" no hayamos tenido la posibilidad de leer una entrevista a nuestro Presidente. ¿Está obligado a concederla y eventualmente exponerse a ciertas preguntas incómodas? No: es la simple falta de deferencia con un diario que, guste o no, forma parte de nuestra historia patria. Constituye una ausencia de consideración semejante a la que sufrió en estos días el rey Felipe cuando Gabriel Boric fue a verlo sin cumplir las mínimas normas protocolares. Uno tiene todo el derecho a pensar que esas son antiguallas monárquicas, pero entonces no tiene por qué ir de visita al Palacio de la Zarzuela. ¿Hará lo mismo si algún día va a Inglaterra?Por otra parte, un episodio significativo en la compleja relación del Gobierno con la información fue la creación de la Comisión Asesora contra la Desinformación. ¿De quién habrá sido la idea de radicarla en el inocente Ministerio de Ciencia? Hay que reconocer que fue una idea bastante astuta.Aparentemente todo estaba bien en esa medida, salvo por tres detalles. El primero es que esta es una comisión "contra" la desinformación y no "sobre" ella, como cabría esperar, en principio, de una instancia encargada de la investigación científica. Si interviene ese ministerio, debería ser para financiar...

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