Hace 100 años, ella tuvo una granja en África - 21 de Septiembre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 530475042

Hace 100 años, ella tuvo una granja en África

Apasionada, inteligente y obsesiva, Karen tenía 29 años y pasaba una mala época tras navegar durante mucho tiempo entre la decepción de sus primeros e infructuosos coqueteos con la literatura y la banalidad de las fiestas de la clase alta danesa. Viajar a África, a lo desconocido, a una tierra de grandes promesas, era la excusa perfecta para dar un giro radical a su vida y, sin saberlo aún, emprender un nuevo camino que acabaría llevándola a la cúspide de la literatura.

Cuando se cumplen 100 años de la llegada de la autora de "Memorias de África" (1937) a Kenia, la granja en Nairobi en la que vivió y donde se desarrolla la novela guarda las huellas de la escritora, que ganó celebridad gracias a la célebre película basada en su autobiografía y protagonizada en 1985 por Meryl Streep y Robert Redford. "Yo tenía una granja en África, al pie de las colinas Ngong", es hoy una de las frases más conocidas del cine.

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El mismo día en que Karen pisaba Mombasa se ofició la boda y se convirtió en la baronesa Blixen, un título muy codiciado entre los colonos extranjeros instalados en Kenia y que le abriría las puertas de los círculos sociales más exclusivos de Nairobi. Claro que el deslumbre se rompería pronto. El médico le diagnosticó sífilis. Su marido, muy dado a los flirteos extramatrimoniales, se la había contagiado.

Que África, o Kenia mejor dicho, dejó una huella imborrable en Karen Blixen es evidente, ya que incluso cuando en 1931 dejó el país por su catastrófica situación financiera continuó en contacto con sus amigos y antiguos trabajadores. Sin embargo, el legado que ella creó en la que en esos años era una de las colonias más valiosas del Imperio Británico es un hecho menos conocido. Su recuerdo aún sigue vivo en el Museo Karen Blixen de Nairobi, en la calle Karen del barrio de Karen, uno de los más caros de Kenia (cuando ella se mudó a Nairobi, el barrio era una gran finca alejada del centro).

Visitar el museo, instalado en la casa que ella y el barón Blixen compraron en 1917, crea la ilusión de estar dentro de la propia película, pues su interior es una mezcla de piezas originales y copias utilizadas durante la grabación, que intentó recrear con precisión el estilo burgués europeo que Karen le dio a su hogar africano. Cubertería de plata, platos y vasijas de porcelana china, mesas y sillas de madera talladas a mano; todo estaba pensado al detalle para reproducir las comodidades a las que se había acostumbrado en su...

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