'Me gustaría que hubiese una rebelión docente' - 2 de Octubre de 2021 - El Mercurio - Noticias - VLEX 876390356

'Me gustaría que hubiese una rebelión docente'

-Aquí me siento más cómoda.Nolfa Ibáñez está parada en el pasillo principal de su nueva casa. Es largo y oscuro, rodeado de gruesas paredes blancas. Viste camisa con cuadros, jeans y zapatos. Todo de color negro. Al cruzar el pasillo, sus tacos sobre el parqué es el único sonido que se escucha en el lugar. Los ruidos de los autos y las micros que suelen haber en el centro de Santiago ya no están.Sin haberlo planificado, Nolfa está situada exactamente donde nació y creció: la casa de Maryle Salgado, su madre. Dejó ese hogar en la adolescencia, pero regresó cuando su madre cumplió 105 años. "Nunca estuvo enferma, no le dolía nada. No usaba lentes, sí estaba un poco sorda, pero se entendía por su avanzada edad", recuerda. Ella alcanzó a convivir un par de meses con Maryle, antes de que falleciera.-Era una mujer extraordinaria. Siempre acogió todas las ideas que teníamos. Gracias a ella pude lograr muchas cosas en mi vida, en el modo de su crianza, autonomía y confianza -agrega.Nolfa Ibáñez, de 77 años, es educadora diferencial, tiene un magíster en Educación con mención en Educación Diferencial y es doctora en Educación. Por más de 30 años se ha dedicado a la docencia e investigación en su área. Y, el mes pasado, recibió el Premio Nacional de Educación 2021, entregado por el Ministerio de Educación, que por primera vez recae en una educadora diferencial.-¿De qué manera influyó la crianza de su madre en su trayectoria profesional?-Me entregó la confianza en que todos podemos aprender, independientemente de las circunstancias. Siempre decía: "Lo que quieras aprender, lo vas a lograr". Hizo lo que hacían antes las escuelas con los niños, pero, con el tiempo, eso se perdió.Nolfa Ibáñez Salgado nació el 14 de febrero de 1944 y es la tercera de cinco hermanos. Sus primeros años los vivió en la Escuela 127, ubicada a unas cuadras de su casa, en el centro de Santiago. Uno de sus recuerdos favoritos de esa época son sus compañeros de curso, todos ellos de diversas clases sociales. Algunos eran niños que vivían en una población "callampa", otros eran hijos de médicos. "Las escuelas públicas deberían ser eso: el alero donde todos nos encontramos. Si la gente no se conoce, ¿cómo vamos a saber cuáles son las características de un grupo social con el que jamás te encontraste?", dice.-No fui matea ni estudiosa. Jamás. Era una estudiante promedio. También hacía la cimarra. Ibamos al cine Toesca, que, en ese tiempo, daba películas europeas. Firmaba mis propios justificativos, pero siempre con la autorización de mi mamá -confiesa Nolfa Ibáñez.En esa época, su padre, René Ibáñez, trabajador de una fábrica industrial, era el único sustento económico del hogar. Nolfa cuenta que con él "nunca tuvimos una relación cercana. Falleció...

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