El gurú de Obama y un mundo sin cabeza - 11 de Abril de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 564776838

El gurú de Obama y un mundo sin cabeza

Craso error. Me lo señaló el historiador Diego Trinidad. Existe un marco de referencia, por ahora vagamente utilizado. Se titula How Enemies Become Friends: The Sources of Stable Peace (Cómo los enemigos se convierten en amigos: la fuente de una paz estable), escrito por Charles A. Kupchan, profesor de Georgetown University y miembro del Consejo Nacional de Seguridad que sirve directamente a la Casa Blanca.

La obra , editada por Princeton University Press, puede adquirirse muy fácilmente por Amazon. Me ahorro una descripción detallada del contenido, lleno de alusiones históricas eruditas, pero vale la pena resumir su tesis central porque es muy sencilla: la manera de transformar a los enemigos en amigos y de sostener la paz es hacerles grandes concesiones unilaterales, no exigir ni esperar nada a cambio, cancelar toda conducta hostil y no tratar de cambiar la naturaleza de esos gobiernos adversarios.

Es el entierro de la tradicional lógica diplomática que prescribe zanahorias para los amigos y aliados, palos para los enemigos y nada para los indiferentes. Es el fin de la diplomacia activa, desarrollada tras el término de la Segunda Guerra, encaminada a tratar de convertir el mundo en un lugar pacífico y próspero, dominado por regímenes democráticos en el que se respeten la economía de mercado, los derechos humanos y las libertades.

Es una mezcla de buenismo y neoaislacionismo. Es el fin, también, de la idea de que Estados Unidos, como potencia hegemónica en el terreno económico y militar, asume la responsabilidad de encabezar el castigo a los países agresores, intentar dotar al planeta de estabilidad y de promover el buen gobierno, definido este como la administración de sociedades pacíficas, democráticas, productivas y abiertas al comercio internacional.

Naturalmente, los regímenes de Cuba, Venezuela e Irán seguramente verán con un enorme agrado que Estados Unidos renuncie a tratar de frenarlos, porque eso les deja el campo libre, pero ello no modificará esencialmente la percepción que estas naciones tienen del gobierno y del sistema económico de libre empresa que exhibe la sociedad norteamericana.

Al fin y al cabo, La Habana y Caracas no son enemigos étnicos de Estados Unidos, sino adversarios ideológicos de las democracias liberales y del sistema de libre empresa que esta nación encabeza. Si Estados Unidos fuera una nación comunista o participara de la visión de los países del llamado Socialismo del Siglo XXI...

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