Guillermo del Toro: 'Es importante que los niños conozcan el miedo y aprendan a lidiar con él'
El escenario de la infancia fue Guadalajara, México. Dentro de un ambiente tradicional, conservador y católico, el niño rubio dio señales de no querer pertenecer del todo. Su escape estaba en una cámara Super 8 que le prestó su padre, con la que comenzó a filmar pequeños cortos que emulaban las aventuras de "El planeta de los simios". ¿Sus actores? Los muñecos de acción bañados en salsa de tomate.
Entusiasmado por seguir una carrera en el mundo del cine, estudió maquillaje en Estados Unidos, en la escuela del maestro de la especialidad Dick Smith ("El exorcista"). De ahí, Del Toro fundó su propio estudio, Necropia, juntándose con sus amigos aficionados al horror.
Fiel a su fascinación por la literatura fantástica, Del Toro dibujaba con su propio lápiz los personajes que quería compartir al mundo en un diario que llevaba consigo a todas partes. De esas páginas surgió "Cronos", la primera historia que llevó al cine. El filme se estrenó con éxito en la Semana de la Crítica de Cannes en 1993.
Tras un fallido acercamiento con Hollywood al hacer "Mimic" en 1997, le quedó claro a Del Toro que, si deseaba hacer un cine más personal, debía salir de EE.UU. España le dio libertad creativa y medios económicos para filmar "El espinazo del Diablo" y luego "El laberinto del fauno", que ganó tres Oscar. Su regreso a la meca del cine fue más estable, dirigiendo cintas como "Hellboy" y "Gigantes del Pacífico". Una reimaginación de "Pinocho" y una nueva adaptación de "Las montañas de la locura", de H. P. Lovecraft, siguen en el tintero, esperando salir a la luz cuando el financiamiento llegue.
Su estreno próximo de "Crimson Peak" (2014), una historia de amor gótico, es la muestra de que Guillermo cumplió su promesa a los monstruos. Pero antes llegan a Chile dos de sus trabajos como productor: la cinta animada "El libro de la vida", que se estrena el jueves 16 en Chile, y la serie de terror "The strain".
-"El libro de la vida" trata sobre la fiesta mexicana del Día de los Muertos. ¿Era una oferta imposible de rechazar?
"Hacer cine debe ser un banquete, y la idea es cocinar algo que le llame la atención a todo el mundo que desee experimentar con 'nueva comida'. Por eso, el chiste es que no hagas algo tan específico para ti, sino que seas muy universal. No solo queríamos hacer un homenaje a México, sino a su esencia internacional, así que deseábamos hacer de 'El libro de la vida' una película muy moderna, pero a la vez surgida de nuestras raíces".
-Ha demostrado...
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