Guardián de tradiciones - 7 de Abril de 2021 - El Mercurio - Noticias - VLEX 863566212

Guardián de tradiciones

Brueghel solía colarse en las fiestas de matrimonio. Se vestía de paisano, llevaba regalo y se comportaba como si perteneciese a la familia de uno de los novios, para así capturar la esencia de las costumbres del pueblo. En la pintura "La boda campesina" vemos la típica celebración tras un casamiento en las afueras de Bruselas. Lo interesante de la obra radica en la importancia otorgada a los personajes secundarios. En primer plano, dos fortachones sirven avena y sopa acarreada en una improvisada puerta, que aun conserva sus bisagras; músicos animan la fiesta tocando el pijpzak -antigua gaita holandesa de dos tonos-; un huérfano, sentado en el suelo, lame su plato; en señal de respeto, el padre de la novia descansa en la única silla con respaldo, y un elegante hombre vestido de negro alimenta a su perro con migas de pan. Estas son solo algunas de las particularidades representadas que saltan a primera vista. La novia, en cambio, no es la protagonista ni mucho menos. Sentada bajo un tapiz verde con su larga cabellera de soltera expuesta por última vez -tal como dictaba la costumbre flamenca de la época-, sonríe tímidamente como si fuese una invitada más, mientras que el novio, también de acuerdo a la tradición, brilla por su ausencia. Un pantallazo al siglo XVI que evidencia las costumbres de un pueblo bajo el ojo de un experimentado observador y logra capturar sus...

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