Grupo transversal de economistas lanza propuesta para impulsar el crecimiento y dinamizar la economía
Fue la instancia que aprovechó Rivas -ex vicepresidente ejecutivo de CORFO y actual presidente del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad (CNIC)-, para plantearles una inquietud a la que le venía dando vueltas hacía tiempo y que le había surgido al constatar que pese a la alternancia en el poder que se produjo en Chile -con los gobiernos de Bachelet, Piñera y luego Bachelet-, "había ámbitos en los cuales había bastante más coincidencias que diferencias", cuenta Rivas. Esto lo llevó a pensar que había espacios de acuerdo.
De inmediato estos economistas -que eran representativos del espectro político y con clara identificación de sensibilidades de centroderecha y de centroizquierda-, recogieron el guante y se pusieron a trabajar en una propuesta común. ¿El objetivo? Impulsar el desarrollo productivo del país.
Esto, en un contexto en que en los últimos años la economía chilena ha perdido dinamismo y hay signos de estancamiento en la productividad. En el ámbito de las exportaciones, cada vez son menos los nuevos productos que se han ido sumando a la canasta exportable a lo largo de los años (ver infografía) y Chile sigue dependiendo "de manera abrumadora" del cobre.
La idea de los economistas fue establecer un conjunto de criterios, o lo que ellos mismos llamaron "un máximo común denominador". Es decir, propuestas o medidas en las que todos están de acuerdo, y establecer una suerte de guía para las políticas públicas que pudieran tener estabilidad en el tiempo, explica Hernán Cheyre.
El resultado fue un trabajo denominado "Una Visión Común y Cuatro Propuestas para Impulsar el Desarrollo Productivo de Chile", que los autores entregarán este jueves a los ministros de Hacienda y Economía, a la que han sido invitados ex secretarios de Estado de ambas carteras, de gobiernos anteriores.
"Ojalá esto sirva para entusiasmar a otra gente respecto a la posibilidad de llegar a acuerdos, en total igualdad de condiciones y sin ningún prejuicio. Hay muchas cosas en las cuales podemos avanzar en muchos ámbitos. Ojalá que volvamos a dialogar y acordar cosas", dice Guillermo Larraín.
"Si nosotros como país queremos seguir progresando es inevitable tratar de establecer acuerdos sobre aquello que somos capaces de sostener en el tiempo. Y hay ciertos ámbitos, decisiones que se acercan más a temas técnicos, en los cuales es muy útil despejar diferencias, que en realidad son de trinchera, son de retórica e ideológicas, y pongamos la discusión donde tiene que estar. Esto además tiene un espacio simbólico: personas que vienen de orientaciones muy distintas, somos capaces de sentarnos en una mesa y discutir como gente civilizada. ¿Es una señal para el país? Sí", opina Gonzalo Rivas.
"Echamos de menos el valor de los acuerdos", complementa Klaus Schmidt-Hebbel.
Documento fue un genuino acuerdo y no una transacción
Los autores destacan que el trabajo lo hicieron a título personal, es decir, no representan a ninguna institución con este documento.
Además no es un documento "negociado" -"no fue una transaca ", explicita Klaus Schmidt-Hebbel-, sino que solo incluyeron materias en las que genuinamente están todos de acuerdo. "Esto demuestra que se puede conversar", añade Hernán Cheyre.
El paraguas general del documento apunta a constatar que, siendo el mercado el más eficiente asignador de recursos, existen imperfecciones o trabas que hacen necesario algún tipo de intervención, lo que denominan Políticas de...
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