Un grupo de investigadores debate sobre la crisis que vive la ciencia en Chile y cómo superarla
Porque todas las críticas apuntan a la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt), una estructura que, a pesar de no estar funcionando a la altura de las necesidades del siglo XXI, muchos creen que puede y debe rediseñarse y potenciarse, para salir del estancamiento actual.
Y hacia allá apuntan las expresiones de malestar que se produjeron en los últimos meses de 2015, tras la renuncia el 31 de octubre del ingeniero Francisco Brieva a la presidencia de Conicyt. A raíz de esto, seis premios nacionales, presidentes de 17 sociedades científicas, académicos e investigadores publicaron una carta titulada "Nuestros gobiernos han elegido la ignorancia", en la que se manifiestan desolados por el inmovilismo de las autoridades que, según afirman, sumirán al país "en la ignorancia y la pobreza".
Días después se realizó una masiva "marcha de los delantales blancos" frente a La Moneda, bajo el lema "La ciencia en Chile merece más".
En este ambiente, un grupo de jóvenes profesionales del centro de impacto público IdeaPaís ( ideapais.cl ) lanzó un estudio denominado "Basta de elegir la ignorancia", con algunas propuestas para destrabar esta situación (texto completo en http://bit.ly/1RmZcBC ).
"Elaboramos este documento para aportar a la solución de la crisis que vive la ciencia en Chile y no quedarnos solo en los eslóganes", dice Cristóbal Ruiz-Tagle, director de estudios de IdeaPaís.
Entre los planteamientos del informe está la creación de un servicio nacional de ciencias, tecnologías y humanidades, con un director con rango de ministro, y desde ahí avanzar gradualmente a un ministerio.
También proponen elaborar un "Plan nacional de producción de conocimiento" que apunte a aumentar en los próximos diez años el número de investigadores con grado de doctor en 50% y la inversión en ciencias y tecnología del actual 0,36% al 1,5% del PIB.
El informe también sugiere impulsar centros de investigación independientes de las universidades con impacto real en áreas como economía, agricultura, minería y educación.
"El Mercurio" compartió este documento con algunos investigadores y académicos de distintos centros de estudios de educación superior, con el fin de comentarlo y complementarlo.
Aporte positivo
Para el bioquímico y doctor en Ciencias Biológicas Bernardo González, profesor titular de la Universidad Adolfo Ibáñez, se trata de un "informe bien inspirado y bien documentado", aunque advierte que sea cual fuese la entidad que articule la ciencia en el país, "no puede estar vinculada al gobierno de turno, ya que la ciencia y la tecnología requieren de políticas con estabilidad en el tiempo".
"Me parece súper positivo que existan propuestas de distintos grupos, que permiten recoger enfoques diferentes y complementarios sobre este problema", dice el doctor Andrés Couve, director del Instituto de Neurociencia Biomédica de la Universidad de Chile.
En su opinión, el servicio propuesto es una buena idea, aunque es equivalente a fortalecer y mejorar el Conicyt actual, para que haga la transición hacia el ministerio de la ciencia.
Couve, al igual que el astrónomo Mario Hamuy, director del Instituto Milenio de Astrofísica y premio nacional de Ciencias Exactas 2015, y el bioquímico Manuel Krauskopf, miembro de la junta directiva de la U. Andrés Bello y ex presidente...
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