Gratuidad: débiles argumentos - 13 de Febrero de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 491366042

Gratuidad: débiles argumentos

Son pocos los que se atreven a discutir con seriedad el que la gratuidad en educación superior es una política regresiva. Con todo, se hacen esfuerzos. Así, se argumenta que, en la medida en que ella sea financiada con impuestos progresivos, el efecto mencionado se anula o, incluso, más que se compensa. Pero, sin entrar a debatir la incidencia efectiva de los gravámenes, un principio de política fiscal transversalmente aceptado es que la distribución del gasto debe analizarse separadamente del modo en que los impuestos se recaudan. La razón es obvia: los recursos, una vez recaudados, tienen usos alternativos, y son estos los que hay que contrastar respecto de un conjunto de objetivos o valores que las comunidades aspiran a satisfacer. Otro argumento para justificar la gratuidad sostiene que, en la medida en que se considere a la educación superior un derecho social universalmente accesible, no correspondería aplicar criterios de mayor o menor regresividad para calificar su gratuidad, tal como no se aplican esos criterios a los derechos civiles y las libertades básicas. Pero precisamente el respeto a esos derechos y libertades descansa sobre una concepción profunda de igualdad que una política de gratuidad en educación superior desconoce, por su señalado carácter regresivo. Calificar a esta como derecho social es una convención que no tiene la misma fuerza.

Las debilidades de estas defensas de la gratuidad han llevado a utilizar otro argumento, según el cual el pago conduciría a un tratamiento distinto de los estudiantes. Pero esta aseveración revela una incomprensión del sistema universitario. Este, por la naturaleza de su función, es selectivo. Por cierto, ello no significa que no convivan en su interior instituciones poco selectivas que cumplen una función valiosa, pero que no cautivan a los jóvenes más talentosos y meritorios. En Chile, el proceso de admisión a las universidades selectivas es ciego y, una vez que se accede a ellas, el dinero de los hogares de proveniencia no incide en la evaluación del desempeño de los jóvenes, sino sus capacidades. No ha habido denuncias de discriminación por origen socioeconómico al...

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