'Para mí, la gran obra de arte son las personas' - 3 de Julio de 2023 - El Mercurio - Noticias - VLEX 936606148

'Para mí, la gran obra de arte son las personas'

"E l amor no puede existir sin libertad", irrumpe el escultor Mario Irarrázabal, mientras apunta con su bastón una de las obras que están desperdigadas por el jardín de su casa, en Peñalolén. Parece un museo a cielo abierto. Muchas de estas esculturas, porque hace una réplica de cada una, pueblan distintos espacios públicos de Chile y otros países, como Uruguay y Venecia.La que está mirando es "El beso", una réplica de la obra que está en la avenida El Bosque, en Las Condes. Son dos menudas figuras humanas de más de cinco metros de altura que se besan, "pero no se funden". Entre sus cuerpos de bronce hay un espacio. Se aman con distancia.El amor es uno de los tantos temas que "penan" al escultor, teólogo y filósofo, que a sus 82 años esculpe a diario en su taller, acompañado de dos toneles enormes de greda. Así como lo femenino, la inmigración, la muerte, el poder, la guerra, la vida, la libertad.Su musa, deja entrever, es la vida a través de sus ojos. En "Éxodo" se ve a un grupo de figuras que atraviesan un muro, pero sin destruirlo. "El último monumento" muestra a un hombre sin cabeza ni brazos que llama a la guerra, bajo un suelo resquebrajado. "A la hora de ponerles nombre, sufro", dice el autor de las famosas "Mano del desierto" y "Mano de Punta del Este". La libre interpretación de sus humanoides es parte del juego. "Este se llama 'Marioneta'. Uno no sabe si le cortaron los hilos o se los cortó, pero tiene que empezar a vivir su vida", afirma.-Pareciera que está sentado sobre una cruz."Es bonito poder leer las cosas libremente. Tanto así, que en el museo hemos estado pensando en no ponerles nombre".El artista se refiere al "Museo Humano", un espacio cultural abierto y gratuito que estará emplazado en terrenos de la Universidad Católica, en San Carlos de Apoquindo. "Es como estar naciendo de nuevo", admite. Se le nota. Está metido de cabeza en este proyecto.Y cómo no, si el parque albergará a cerca de 300 esculturas suyas que donó, las que hoy aguardan en su jardín y un galpón. Se espera que el museo abra en 2024, después de dos intentos fallidos. Primero se iba hacer en el Parque San Borja de Santiago, pero se canceló. Después, en la Isla Teja en Valdivia, y tampoco resultó."Ha sido un parto duro", dice. Pero no pierde el entusiasmo. Se imagina, vívidamente, a los niños trepar por sus esculturas e interactuar con ellas, sin reglas de por medio. Cada tanto recibe escolares en su casa y los deja tocar y preguntar de todo. Más de alguno...

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