El gran naturalista chileno
Termina el invierno. La nieve ha desaparecido en el parque Andino Juncal, reserva privada que se ubica a 2.800 metros de altitud, en un valle encajonado que surge de la cuesta Caracoles, en la Región Metropolitana. A primera vista todo luce como un paisaje árido: sol cordillerano, la tierra reseca. Los hielos del glaciar Juncal y Alto Los Leones asomándose en el fondo.No parece un lugar para encontrar plantas, menos flores.Sin embargo, para eso han llegado los ocho integrantes de la familia Muñoz Schick. Están buscando una flor: Alstroemeria parvula , una especie que el famoso naturalista alemán Rodulfo Philippi identificó un siglo atrás y que no se ha vuelto a encontrar. No al menos en esa zona, dice la botánica Mélica Muñoz.Todos se alejan del sendero con la vista gacha, en el suelo. Mélica Muñoz y su marido, el arquitecto y pintor botánico Sergio Moreira, buscan la flor cerca del acantilado. Andrés Moreira Muñoz, su hijo, que es biogeógrafo, camina con su esposa Paola y sus cuatro hijos: Sayén, Silene, Coyán y Relmu, quienes corren entre las piedras como si la montaña fuese su hábitat natural. Son el futuro de este sistema de parentesco donde el amor por las plantas corre por la vocación y también por la sangre.-Es intergeneracional -dice Andrés Moreira-. Cuando éramos niños, el desafío era buscar una flor pequeña de pétalos rosados. Y me acuerdo de que era emocionante. Nos repartíamos entre los hermanos un pequeño cerro para buscar esa flor. Era el reto del día.La muerte del patriarca de la familia -el profesor, botánico y agrónomo Carlos Muñoz Pizarro en 1976- no mitigó el amor por la naturaleza. Todo lo contrario. Pareciera ser que solo se expandió. Y es que en esta familia prácticamente todos tienen alguna relación con su mundo: hay botánicos, agrónomos, paisajistas, bioquímicos, geógrafos, pintores de la naturaleza...-Los domingos mi papá nos acarreaba a mí, a los hermanos y a las tías a la cuesta Chacabuco y a Lo Prado -recuerda Mélica Muñoz, hija mayor de Carlos Muñoz Pizarro, y agrega:-Nos hacía observar flores, detalles de las hojas, cosas que no veíamos si él no las mostraba con lupa.Desde su oficina, su hijo Carlos Muñoz Schick recuerda algunas expediciones botánicas por el sur de Chile que hizo junto a su padre durante los veranos.-Tenía 10 años y me llevó como su ayudante. Ahí me enseñó dos cosas: a manejar y a prensar plantas. Recorrimos por tres meses desde Biobío hasta Chiloé con mi papá y también el dibujante Eugenio Sierra Ráfols -recuerda el actual vicedecano de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Chile.El resultado de ese viaje se transformaría en una de las obras fundamentales de Carlos Muñoz Pizarro: "Flores silvestres de Chile" (1966), un precioso libro...
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