La gran apuesta de Wenceslao Casares - 4 de Julio de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 576727338

La gran apuesta de Wenceslao Casares

Silicon Valley no tiene el impacto urbano de Nueva York ni el encanto de San Francisco. No es una ciudad, tampoco. Pero es un destino, uno tan apetecido como elusivo, pues está disperso en distintos condados y ciudades. Sobre todo, Silicon Valley parece ser un estado de ánimo. En sus calles, sus oficinas coloridas, sus cafés hipster (como el Coupa, donde la mitología dice que se podía ver al mismísimo Steve Jobs y que esta mañana está atiborrado de gente comprando lattes), lo que más hay es energía y futuro. Ese es el imán de este sitio: en pocos kilómetros a la redonda se congregan los mejores talentos tecnológicos del mundo.

En una de las esquinas de Palo Alto está la estilosa oficina de Wenceslao Casares, uno de los latinoamericanos más destacados e influyentes en este ámbito, acaso el que más.

Este argentino, oriundo de la Patagonia y fundador de una decena de empresas de tecnología y finanzas -entre ellas, Patagon, Wanaco Games, Lemon Bank y su más reciente emprendimiento: Xapo, un banco de bit coins-, había elegido Chile para vivir con su familia. Incluso compró para eso un castillo en Santiago, el de Las Majadas, en Pirque, pues considera a nuestro país como un lugar excelente para hacer negocios y vivir.

Realizó allí varios encuentros entre distintas personas del ambiente tecnológico y creativo chileno, y creó una amplia red de contactos y amigos. Luego, pensó en venir a Silicon Valley por un año o dos, pero se enamoró de este lugar y se quedó. Sin duda, no hay mejor espacio para lo que él hace que este.

Camisa negra y jeans, aire siempre jovial, recibe a "Sábado" en su oficina de diseño interior semiminimalista, desde cuyos ventanales se ve y se siente el ritmo particular de Palo Alto.

-Cuando empecé a hacer negocios en América Latina, comencé a pasar mucho tiempo en Chile, sin querer, sin darme cuenta. Y siento que, de distintas maneras, Chile fue muy generoso conmigo. Era, de lejos, el lugar donde me sentía más cómodo trabajando y pasando tiempo.

-¿Por qué?

-América Latina es muy linda, pero es complicado hacer negocios en Brasil, Argentina, Venezuela. En Chile es un placer, y además tiene muy buena gente, con algunos de los cuales me he hecho muy buenos amigos.

-¿Cuál es el origen del centro que usted creó en Pirque?

-Los chilenos son increíblemente críticos de Chile. Y quizá por eso al país le va bien. No sé, quizá es una virtud. A mí me impresionan todas las cosas que se hacen bien allá -dice y piensa un rato sus palabras.

-Pablo (Bosch, uno de los socios en el proyecto de Pirque) me hacía notar, con razón, que una de las cosas que pasan en Chile es que hay mucha menos movilidad social que en otros lados, y es cierto. En Argentina, cuando vas a ver a un equipo directivo, verás mucha más mezcla de gente de la que ves en un equipo directivo de cualquier empresa en Chile. O, por ejemplo, los currículos en Chile tienen que tener la dirección, porque si eres de cierto barrio no te van a contratar... Allá hay redes que no se tocan. Y Pablo está obsesionado con generar espacios donde estas cosas se rompan y que se conecten redes. Un lugar al que vaya, por ejemplo, un empresario importante y se conecte con un...

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