Goethe: La vida como obra de arte - 20 de Diciembre de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 589906066

Goethe: La vida como obra de arte

El culto goetheano

Esa especie de culto ha hecho que en las más de 18 décadas siguientes a su muerte las biografías se hayan sucedido sin cuento. Hasta la fundación del Segundo Reich (1871) no apareció en ese país ninguna de permanencia duradera, pero para el nuevo Imperio Alemán, que requería un estandarte cultural que contraponer a los de las demás naciones, Goethe fue una evidencia suprema, equiparable a Cervantes, Shakespeare, Dante. La república de Weimar lo consideró su fundamento espiritual. Emil Ludwig le dedicó en 1920 una gruesa biografía traducida a múltiples idiomas en cientos de ediciones y que hasta hace medio siglo era de referencia para el gran público. En 1927, Stefan Zweig incluyó el episodio de la "Elegía de Marienbad" -compuesta a raíz del enamoramiento de Goethe a los 75 por una muchacha de 19- nada menos que entre sus "Momentos estelares de la humanidad". El Tercer Reich, en cambio, encontró insalvables problemas para instrumentalizar la imagen goetheana, por lo que ella emergió del derrumbe de 1945 impoluta y aun más magnificada si cabe: un ejemplo de armonización del más alto intelecto con una fuerza vital arrolladora, a la que, parafraseando a Terencio, virtualmente "nada humano le es ajeno". En suma, "el último genio universal", prueba máxima de la grandeza germánica. De hecho, desde que se estableció la medición del coeficiente intelectual, diversos rankings lo han puesto en la cúspide. Así el de Libb Thims, que le asigna un CI de 230, por sobre Leonardo (3 {+e} {+r} lugar) y Einstein (2 {+o} ), quien afirmó que Goethe fue "el último hombre en el mundo que lo supo todo".

Hoy su prosa -su poesía nunca estuvo en discusión- interesa más por su influjo en otros eméritos del pensamiento: en la filosofía a través de Schelling y Nietzsche, entre otros; de Alexander von Humboldt en las ciencias naturales; de Wilhelm von Humboldt en la filología, y hasta en la ciencia del derecho, a través de Savigny. Un psiquiatra chileno, Mario Zurita, decía con admirativa ironía que, "en cualquier materia, es difícil encontrar un ensayo alemán que no cite o se remita a Goethe". En torno al 250° aniversario de su nacimiento, en 1999, un maremoto de publicaciones a su respecto recorrió el mundo, y en él tuvo un momento de comentario un librito herético sobre su vida erótica, "Las caricias del tigre", de Karl Hugo Pruys (Edition q), que a ningún germanista serio le es lícito siquiera leer, pero que algún letrado ha salido a refutar. La...

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