Gobierno italiano enfrenta rebelión de sindicatos por reforma para liberalizar el mercado laboral
En la primera gran prueba de fuerza a la popularidad del Primer Ministro de centroizquierda, Matteo Renzi, los sindicatos italianos realizaron ayer una huelga general de ocho horas para protestar contra las medidas de austeridad y las reformas para liberalizar el mercado del trabajo en el país, impulsadas por el gobierno.
La Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL) y la Unión Italiana del Trabajo (UIL) convocaron a los trabajadores en 54 ciudades para protestar contra las reformas, con Roma y Turín como puntos fuertes. El tercer sindicato más importante del país, la Confederación Italiana de Sindicatos de Trabajadores (CISL), rechazó la convocatoria.
El principal blanco de la huelga es la Ley de Empleos (conocida en Italia como Jobs Act ) impulsada por Renzi, que apunta a flexibilizar las restricciones para despedir empleados cuando las empresas enfrentan un mal momento y debilita el derecho a protestar contra exoneraciones que no se ajusten a la ley.
"La emergencia que tiene este país se llama trabajo. Hace falta hacer políticas para que haya trabajo, pero no puede tratarse de un trabajo cualquiera, sin derechos ni profesionalidad", afirmó ayer Susanna Camusso, líder de la CGIL.
Sin embargo, esta reforma también amplía las ayudas y los servicios de búsqueda de trabajo para los desempleados.
El Primer Ministro -en el cargo desde febrero- defiende la ley como una medida crucial para liberalizar el bloqueado mercado laboral de la tercera economía de la Eurozona; mientras que los sindicatos y la izquierda de su Partido Democrático la rechazan al considerarla beneficiosa para los empresarios, pero alejada de los derechos de los trabajadores.
El gobierno sostiene, en cambio, que la ley -aprobada tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado- llega con dos décadas de retraso y, al contrario de lo que sostienen las centrales sindicales, "fomentará la contratación y, sobre todo, permitirá el acceso de los más jóvenes a su primer empleo".
Renzi afirmó ayer que "respeta" a quienes protestan, pero aseguró no estar "impresionado". En una rueda de prensa, el Premier expresó su voluntad de trabajar con los sindicatos aunque expresó que seguirá con las reformas.
"(Siento) un gran respeto, como siempre, hacia los trabajadores que han pagado con una jornada de sueldo sus críticas hacia el gobierno. Personalmente, no soy un tipo impresionable," dijo.
Pero los trabajadores italianos están unidos en sus demandas. Bajo el lema "Así no se puede"...
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