Gobierno egipcio en jaque - 31 de Enero de 2011 - El Mercurio - Noticias - VLEX 245116822

Gobierno egipcio en jaque

El Presidente Hosni Mubarak ha enfrentado por primera vez en sus 31 años de gobierno masivas manifestaciones, que ya dejan más de cien muertos, más de mil heridos y cientos de detenidos, lo que ha hecho temer que la violencia escale en una espiral sin control.

Mubarak ha mantenido el poder con mano de hierro, y con los cambios cosméticos hechos el fin de semana a su gobierno mostró que sus intenciones siguen siendo aplastar la disidencia y no abrirse a reformas que cambien un sistema político que ya no parece sostenible.

Durante su mandato, Mubarak prohibió la oposición, salvo algunos grupos que no mellan su autoridad. Lo más complicado para el régimen es que las protestas de la última semana tuvieron una base popular y se fueron expandiendo como espuma. Las convocaron jóvenes que no tienen movimientos articulados y que basaron sus llamados en las redes sociales, especialmente Facebook y Twitter. Sin una orientación ideológica clara y representando tanto a cristianos como a musulmanes, los líderes juveniles fueron rápidamente secundados por grupos con mayor organización.

Tal es el caso de la Hermandad Musulmana, una organización islamista, oficialmente prohibida pero tolerada por el gobierno (tuvo representación parlamentaria hasta diciembre), que tiene arraigo en cerca del 20 por ciento de la población y que ha sido uno de los mayores desafíos para el régimen laico de Mubarak.

Nunca estuvo en duda la legalidad del régimen; después de todo, Mubarak ganó varias elecciones populares y siempre mantuvo una apariencia de democracia. Su legitimidad sí ha estado en cuestión, especialmente después de los comicios de diciembre en los que se renovó el Parlamento, los cuales fueron denunciados como fraudulentos. También se le han cuestionado sus descarados intentos por ungir como heredero del régimen a su hijo Gamal, un ex banquero que nunca ha estado en política y que no tiene arraigo popular. Eso a Mubarak, de 82 años, no pareció importarle. Se ha sentido seguro, por décadas, amparado en sus antecedentes de sucesor de Anwar Sadat, quien firmó la paz con Israel, pero fundamentalmente afirmado en el poder del ejército, los servicios de seguridad, la policía y el partido oficialista. Con las riendas de esas instituciones firmes en sus manos ha dado estabilidad a Egipto, y por ello ha sido un socio confiable para Estados Unidos -el que lo ha provisto de miles de millones de dólares anuales en ayuda, especialmente militar- y se le reconoce como un...

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