Gloria de la Fuente - 5 de Diciembre de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 698483381

Gloria de la Fuente

-Siempre he escrito cuentos, poesía, y soy muy pudorosa con las cosas que escribo, porque cuando uno escribe un cuento, hay algo del alma de uno que se devela. Empecé a escribir a los 15 años. Eran historias de verano, de playa, de amor.

"Debes comportarte como una señorita", "debes ser profesional para no tener que depender de nadie", "debes casarte y formar una familia", "la mujer del César debe ser y parecer", "debes verte bonita", "debes ser inteligente", "debes ser buena madre, buena esposa, buena amante y buena hija", "debes envejecer con dignidad". "Debes, debes, debes".

Así comienza el cuento que Gloria escribió hace un tiempo, y que en su inicio lleva una cita de Simone de Beauvoir: "No se nace mujer: llega una a serlo". En ese, titulado "Debe ser mujer", y en otros textos de su autoría se repiten palabras como soledad, futuro, memoria, existencia, alma y, sobre todo, mujer. La mujer como un ser transformador.

-Yo soy de una familia muy poco política, y muy diversa. Mi madre, Gloria, ha sido peluquera toda su vida, y mi papá es procurador. Estudió Derecho en la Chile, pero vino el Golpe y mi papá, que trabajaba y estudiaba a la vez, no pudo continuar con sus estudios, porque con cinco hijos se le hizo muy difícil. Yo soy la mayor. Mi abuelo materno era agricultor en la comuna de Pichidegua (VI Región), dedicado básicamente a la tierra, una persona con muy baja instrucción, que con mucho esfuerzo construyó una pequeña fortuna. Mi abuela, por el lado de mi papá, era costurera y mi abuelo tenía trabajos esporádicos. Entonces, mi familia es de harto esfuerzo. Y mi propia familia nuclear es también de harto esfuerzo, y, sin embargo, mis hermanos y yo estudiamos en la educación superior. Yo soy cientista política de la Católica y estoy terminando mi doctorado en Ciencias Sociales en la U. de Chile. Ya entregué mi tesis, y estoy esperando dar mi examen de grado.

-¿Por qué escogió Ciencias Políticas?

-A mí me interesó estudiar el fenómeno del poder, porque el poder finalmente transforma las cosas. El poder llevado de mala manera, enriquece o transforma la vida de unos pocos. El poder llevado de buena manera, que es como debiera funcionar la democracia, transforma de manera positiva la vida de muchos. Y, en esta lógica o dinámica del poder, por supuesto que hay una dimensión de género, donde existen inequidades. Y esto tiene que ver con el ejemplo de mi mamá y de mi abuela, dos mujeres muy luchadoras, tratando de sacar adelante a sus...

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