La gira papal a Latinoamérica
Conmovido por tanta marginalidad en los países pobres de América Latina, Francisco entregó un mensaje ético, con una dura crítica a los excesos del capitalismo, y un llamado a "poner la economía al servicio de los pueblos", porque "los seres humanos y la naturaleza no deben estar al servicio del dinero. Digamos no a una economía de exclusión e inequidad donde el dinero reina en lugar de servir", dijo en Santa Cruz.
Fue explícito en señalar que no tiene recetas, que "el cambio (debe ser) concebido no como algo que un día llegará porque se impuso por tal o cual opción política... o estructura social". Es obvio que su mensaje no debiera ser interpretado como apoyo a sistemas sociales específicos.
Cuando el Papa mencionó las "tres grandes T" -tierra, techo y trabajo-, que son "derechos sagrados", quiso hacerse eco del "clamor de los excluidos", para que "se escuche en toda América Latina y en toda la tierra". Habló de un "cambio redentor", que "libere de esa tristeza individualista que esclaviza", al mismo tiempo que "proteja a la hermana Madre Tierra".
Es un hecho que el Papa Francisco es un orador que no se ciñe a sus discursos escritos, sino que improvisa, y lo hace hablando desde su visión de mundo, apoyado en la doctrina social de la Iglesia, pero también usando categorías cercanas a las de la teoría de la dependencia, en boga en los años sesenta y setenta. Eso es claro en su análisis de los "viejos y nuevos colonialismos", el cual, al poner "a la periferia en función del centro, le niega el derecho a un desarrollo integral".
Un cambio desde la persona y sin recetas políticasEn esta gira, el Papa Francisco reafirmó que es un pontífice que no teme involucrarse en política, interna e internacional. La mención, inesperada para la Cancillería chilena, sobre el conflicto marítimo era previsible por su personalidad y por su gran cercanía con Bolivia, de la cual alabó su "proceso de cambios", su Constitución y sus instituciones, cortesía al anfitrión no sustentable en la realidad.
No pasó inadvertido que Francisco felicitara a los países que han "visto crecer la fraternidad entre sus pueblos... y aunaron esfuerzos para hacer respetar su soberanía... la del conjunto regional que tan bellamente llaman la 'Patria Grande'", en obvia alusión a los países bolivarianos. Sin embargo, mostrando ecuanimidad e independencia, alertó en Ecuador, donde hay gran tensión entre Rafael Correa y la oposición, acerca de la exclusión y de la necesidad de diálogo y...
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