Gioconda Belli 'Lo que estamos viviendo en Nicaragua se parece mucho a la soledad'
No tengo dónde vivir.Escogí las palabras.Hablar por los que callanEntender esas rabiasQue no tienen remedio.Se cerraron las puertasDejé los muebles blancosLa terraza donde bailan volcanes a lo lejosEl lago con su piel fosforescenteLa noche afuera y sus colorines trastocadosMe fui con las palabras bajo el brazoEllas son mi delito, mi pecadoNi Dios me haría tragármelas de nuevo.(De "Despatriada", 2021).C on su pelo ensortijado y su boca pintada de rojo, su voz se proyecta más allá de la pantalla y del silencio en que algunos quisieran sumirla. Gioconda Belli, la poeta más famosa de Nicaragua después de Rubén Darío, Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2023 y Premio Internacional Pedro Henríquez Ureña 2023, autora de una decena de novelas, 15 libros de poesía, dos de ensayos, una memoria autobiográfica y media docena de obras infantiles; ganadora de 25 premios literarios y de la Orden de las Artes y Letras en el grado de Caballero en Francia, miembro del PEN Club Internacional y de la Academia Nicaragüense de la Lengua, sonríe con tristeza. Vapea con elegancia, mientras deja caer sus palabras:-Quieren dejarnos fuera del país, creyendo que así nos van a silenciar. Y yo creo que se han equivocado, porque mientras más Nicaragua nos quitan, más Nicaragua tenemos, como dice Sergio Ramírez, ¿no? Hemos tenido un papel importante que jugar en la comunidad internacional denunciando lo que está pasando y siendo la voz de los que no tienen voz. Porque en Nicaragua cualquier persona que levanta la voz se arriesga a ser encarcelada, a ser injustamente desaparecida.Ha llegado hace unos días a Gijón, invitada a su Semana Negra, un hito de la cultura en el extremo norte de España -un festival que nació en torno a la novela negra y se ha expandido a ciencia ficción, poesía y fantasía-, donde Belli participó en ponencias y debates sobre literatura y escritura. En Madrid quedó su nueva casa, donde vive desde febrero de 2022, cuando inauguró su segundo -y doloroso- exilio político en medio siglo. El primero fue en los años 70, cuando esta poeta debió abandonar Managua para radicarse en México y Costa Rica, debido a su lucha contra la dictadura somocista. Belli, quien perteneció al movimiento sandinista en su juventud, hoy combate con lágrimas y voz a su antiguo compañero, el Presidente nicaragüense Daniel Ortega, quien ejerce una dura represión en su país. Por su ardua batalla contra el régimen, esta poeta fue amenazada y, el 15 de febrero de este año, notificada por el Tribunal de Apelaciones de Managua de que era despojada de su nacionalidad y la totalidad de sus bienes confiscados. Noventa y tres otros intelectuales, activistas y religiosos fueron también castigados por el régimen, entre ellos el escritor y Premio Cervantes 2017, Sergio Ramírez. Días después, el Presidente Gabriel Boric le ofreció a la escritora la nacionalidad chilena. Con ofrecimientos de parte de México, Colombia, España y Argentina, prefirió convertirse en chilena. Hoy vive en Madrid, donde tiene, desde hace años, a una hermana.-"Estamos en el reino de 100 años de...
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