Cómo se gestó la expulsión de Cuba de la OEA y el rol que jugó Chile
Hace 52 años, el impacto fue parecido, pero en sentido contrario: en enero de 1962 los países que formaban parte de la Organización de Estados Americanos pasaron súbitamente de ser 21 a 20.
En esa ocasión, Cuba fue expulsada del organismo internacional en una sorpresiva votación, en la que se impuso la diplomacia de Estados Unidos, país que por ese entonces buscaba castigar a La Habana por sus esfuerzos de ampliar la influencia comunista en la región.
Durante ocho días, los países de América se reunieron en un hotel en la ciudad uruguaya de Punta del Este, en una trama diplomática en la que Chile tuvo un rol de liderazgo en los días previos a la decisión.
Alessandri y el principio de no intervención
Desde un principio, el gobierno del Presidente Jorge Alessandri Rodríguez dejó claro que no apoyaría una resolución de castigo.
"En la época se esgrimieron dos razones. Ambas, argumentos clásicos e históricos de la cancillería chilena: la no intervención en asuntos internos y el respeto a los Derechos Humanos. Para el gobierno no había razones importantes para castigar a Cuba", dice el historiador de la UC Joaquín Fermandois, quien ha estudiado el tema en profundidad.
El académico agrega que el gobierno de Alessandri siempre tuvo como principal rasgo mostrar "un carácter progresista en su política exterior". El objetivo de esto era generar simpatías en la oposición de la época.
Según explica Fermandois, en los días previos a la cumbre hubo un " lobby brutal" de Estados Unidos y Cuba, con visitas de diplomáticos a varios países, seminarios y varios millones invertidos en proyectos de ayuda social, por ejemplo. Esto tuvo poco efecto en Chile.
"Cuba sabía que tenía poco que ofrecer a un gobierno de derecha como el de Chile, y Estados Unidos no quería complicar la convivencia interna del gobierno de Alessandri", asevera el académico.
En la misma situación de Chile estaban países como Brasil y Argentina. Mientras, casi la totalidad de Centroamérica apoyaba el castigo que Estados Unidos trataba de imponer.
El desliz de Fidel
Fue en ese contexto que los cancilleres llegaron el 22 de abril al Hotel San Rafael de Punta del Este, donde las 120 habitaciones reservadas fueron escenario de un incesante lobby , liderado fundamentalmente por el secretario de Estado de EE.UU., Dean Rusk, y el jefe de Estado cubano designado por Fidel Castro, Osvaldo Dorticós.
"Se les sigue a todas partes y se les espera en cada pasillo y en cada sala. Muchas de las charlas en...
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