La generación perdida de emprendedores - 3 de Febrero de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 664075081

La generación perdida de emprendedores

Mientras trataba de expandir su negocio, a Berendsohn le negaron una tarjeta de crédito personal. El pago de su crédito universitario era de 400 dólares mensuales en ese momento. Aceptó un proyecto de un sitio web y empezó a recibir a otros clientes en Carmel Valley Village, California. Pero luego perdió un encargo para un proyecto de un mural. Como no pudo seguir pagando sus gastos mensuales, cerró su negocio después de tres meses y volvió a casa en Miami.

Aunque es difícil determinar una relación directa entre los créditos universitarios y la actividad empresarial, el peso de la deuda estudiantil parece disuadir a algunos de los que aspiran a comenzar un negocio. Arnobio Morelix, un destacado analista de investigaciones en Kaufmann Foundation, escribió en forma conjunta con E.J. Reedy un estudio que encontró que el aumento en las deudas estudiantiles en los últimos años coincidía con una baja en las compañías emergentes.

El informe encontró que una cantidad menor de gente joven entraba al mundo del emprendimiento. La proporción de nuevos empresarios del grupo etario entre 20 y 34 años bajó de casi 35 por ciento en 1996 al 25 por ciento en 2014.

Los créditos estudiantiles totales se elevaron de 510 mil millones de dólares aproximadamente en 2007 a más de 1,3 billones actualmente. A pesar de un pequeño aumento en los últimos años, "la actividad emprendedora en general para adultos menores de 35 años ha disminuido" desde 1996, según los estudios de Morelix.

"Los adultos jóvenes, quienes solían constituir el grupo etario más grande involucrado en las nuevas compañías en 1996", escribieron Morelix y Reedy, "ahora están entre el grupo demográfico más pequeño".

Es poco probable que los emprendedores jóvenes acudan a firmas de capital de riesgo o incubadoras de empresas, prefiriendo en cambio financiar sus compañías con su propio dinero o fondos de amigos y familiares. Pero el hecho de tener una deuda estudiantil hace que el autofinanciamiento sea mucho más difícil.

Incluso los recién titulados que han iniciado compañías prometedoras han encontrado que asegurar el financiamiento cuando se tiene la carga de créditos universitarios es extremadamente difícil.

Austin Dean, de 28 años, residente en Gran Rapids, Michigan, empezó su primer negocio de reparación de computadores en 2007 mientras era estudiante en Grand Valley State. Más tarde tuvo que cerrarlo después de tener problemas de flujo de fondos. Un segundo negocio, el que inició en 2012...

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