Generación fitster - 26 de Enero de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 592348494

Generación fitster

Pamela Vera, diseñadora gráfica de 32 años, muy tatuada, hace pole dance y running, además de trasladarse en bicicleta a su trabajo en la oficina FutureBrand y salir a correr o a subir cerros los fines de semana. Todo esto, dice, le sirve para llegar a su casa, en el sector del Barrio Italia, con energía. También para olvidarse del trabajo y administrar su blog "fabuloso colectivo" y su página web cabrochico.com.

Javiera y Pamela son ejemplos del movimiento fitster. Una tendencia que desde comienzos de 2015 reúne a un grupo de personas que práctica deporte sagradamente y promueve la alimentación saludable como algo cool. Como un estilo de vida. De ahí su nombre, que mezcla el concepto fit (estar en forma) con hipster, subcultura indie con intereses intelectuales que marcó tendencia a comienzos de esta década.

-Ahora, si haces deporte erís bacán. Antes solo te decían "qué entrete" -confirma Pamela Vera.

Los fitsters no son, como se podría pensar, hipsters que repentinamente comenzaron a interesarse por el crossfit o el running, sino adultos que organizan su agenda y su alimentación en función de la actividad física que practican, ojalá a diario. A nivel internacional, son conocidos por usar ropa deportiva de marca o de diseñador, incluso fuera de los gimnasios, por lo que se han convertido en una suerte de representantes de una tendencia fashion que se conoce como sporty chic o athleisure. También son férreos consumidores de los últimos gadgets -bandas cuantificadoras o relojes que miden pulsaciones y gasto de calorías, como el SmartWatch de Apple, el Samsumg Gear Fit y el Gym Watch- y aplicaciones tecnológicas para el deporte.

Aunque se trata en su mayoría de millenials (es decir, tienen 20 a 34 años), hay fitsters de todas las edades y el abanico de opciones deportivas es amplio: va desde clásicos de bajo impacto como el yoga o el pilates hasta prácticas en boga como el pole dance, el entrenamiento funcional o el booby belt. La mayoría combina varios tipos diferentes de actividad física. Lo que les importa, finalmente, es moverse. Lo más posible.

Además, los fitsters suelen tener un hábito en común: acostumbran subir en las redes sociales -Instagram es su espacio predilecto- fotos de ellos mismos haciendo deporte o ejercicios. Estas imágenes los han ayudado a convertirse en una suerte de modelos a seguir para muchas personas que también se interesan por la actividad física. Además, comparten en sus redes distintos consejos de alimentación...

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