Cambios en formación de gendarmes y en el trato al reo, ejes de nueva política penitenciaria
A días de cumplirse un año del incendio en que 81 presos murieron en la cruceta 5 de la cárcel de San Miguel -hecho que evidenció el agónico estado del sistema carcelario-, el ministro de Justicia, Teodoro Ribera, habla del intenso proceso de cambios que se lleva adelante desde el trágico 8 de diciembre de 2010.
Lo hace junto al director de Gendarmería, Luis Masferrer, con quien puso en marcha la Nueva Política Penitenciaria, un plan de trabajo que implica la construcción de cuatro penales y el mejoramiento de los otros ya existentes, la modernización del servicio de prisiones y de sus efectivos, y la promulgación de una nueva ley que permita el uso racional de los recintos.
Esto sólo en lo material, pues, según Ribera y Masferrer, el eje diferenciador del proyecto del Gobierno -que finalmente será el legado de la Alianza en esta materia- pasa por transformar los conceptos que la sociedad tiene sobre la reclusión.
"La gente dice: 'Para qué van a arreglar las cárceles, mejor que sufran'". Por eso tenemos que fortalecer la idea de que cárceles que permiten a la gente educarse y trabajar son parte de nuestro proceso de seguridad pública", plantea el ministro.
Agrega: "No se trata de que las personas que están privadas de libertad estén mejor que las que están libres, eso sería algo absurdo, pero sí entender que las condiciones de hacinamiento y las condiciones de indignidad a las que se somete a los reos conducen a la bestialidad, y no a un proceso resocializador".
Este cambio de mentalidad -expone Masferrer- se inició por Gendarmería. Hasta ahora, los gendarmes estaban abocados a cumplir con el resguardo de los internos; es decir, evitar fugas desde los recintos. Y casi nulo era el trabajo en reinserción, por lo que cumplían a cabalidad con sólo una de sus dos misiones.
"Tenemos que mutar de una cultura institucional orientada al cuidado de los imputados y condenados en el interior de los recintos, a una que comprenda que estando privados de libertad son seres humanos que tienen derechos", afirma Ribera.
Se está redefiniendo la doctrina de la institución. Desde abajo, desde la Escuela de Formación. De hecho, mientras Masferrer y Ribera exponían su proyecto, dos expertos examinaban los programas de enseñanza de los aspirantes.
El proceso de selección de los alumnos ahora es más exigente. Masferrer recuerda el caso de los "gendarmes enanos", en que él dejó afuera a nueve jóvenes que habían sido aprobados, pese a que no cumplían con la estatura...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba