Gendarme Palma relata paso a paso cómo vivió la agresión a dos presos en Santiago Uno - 29 de Junio de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 730068565

Gendarme Palma relata paso a paso cómo vivió la agresión a dos presos en Santiago Uno

A eso de las tres de la madrugada del jueves 21 sonó el timbre de su departamento. Eran tres funcionarios de la PDI.

Recién en ese momento, el sargento de Gendarmería Héctor Palma entendió que podría estar en un problema.

El miércoles 20 estaba preocupado, como dirigente de la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios (Anfup), de organizar el paseo que harían al rancho El Sol, camino a Buin, con los funcionarios de la guardia interna. Llegó a eso de las 12:05 a la zona de los módulos 11 y 12, y le dijo a su colega: "Váyase a almorzar".

Son tres los gendarmes que cubren esa zona modular. Pero uno se hace cargo del segundo piso, donde está el sector de visitas. En el primero suele haber dos, pero Héctor Palma, que tiene experiencia, sabe que las horas más tranquilas suelen ser entre las 12 y las 2 de la tarde, por lo tanto, hizo lo acostumbrado y su colega partió al casino mientras él se quedó a cargo. Iría a las dos de la tarde, cuando regresara su compañero.

Vigilancia desde la "Pecera"

Una de sus funciones es vigilar los patios de los módulos 11 y 12. Ese día, en el primero había 200 reos y en el segundo, 88. Cada uno de los patios tiene una superficie aproximada de 45 metros cuadrados y están separados por un muro. La visión que tiene el sargento es desde un lugar al que le llaman la "Pecera", que tiene una forma semicircular por donde la mitad de la visión apunta al patio 12 y la otra al 11. El vidrio es semipolarizado, porque se trata de que los internos no vean todo lo que ocurre en la "Pecera". Para acceder a ella hay que subir cuatro peldaños, que permiten una altura de 70 centímetros por sobre el primer piso (ver infografía). Enla "Pecera" hay un escritorio y una silla, donde el sargento escribe en el libro de novedades, y una pequeña mesita para dejar las cosas.

Saliendo del lugar y bajando los cuatro peldaños hay un pasillo de unos 10 metros, hasta donde se llega a una reja por donde ingresan internos, abogados, gendarmes y otras personas. El sargento Palma debe estar pendiente de esos ingresos. Al costado de ese pasillo hay pequeñas oficinas de bienestar, de asistentes sociales y una enfermería. Palma debe abrir la reja cuando alguien llega a uno de esos despachos. Además, debe hacerse cargo del ingreso de internos que vienen de tribunales, del ASA (una enfermería externa mejor habilitada) y de los abogados.

También tiene que atender los requerimientos de los internos que están en los módulos 11 y 12, que se acercan a las rejas de ingreso -para lo que Palma tiene que bajar de la "Pecera" y caminar unos pasos-, que le preguntan sobre trámites, visitas, entre otras inquietudes.

En ocasiones mandan a llamar a uno de los internos de los módulos 11 y 12. Palma se acerca a la reja del patio respectivo, grita el nombre del requerido, un mozo avisa y si no aparece, Palma camina unos cuantos pasos para llegar al tablero y cortar la luz. Sabe que ese es el mejor método, porque de inmediato los mismos internos agilizan la aparición del requerido para que vuelva la luz y puedan seguir escuchando radio o viendo televisión.

"Todo esto, en medio de un ruido ambiente permanente, entre el boche...

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