El gato andino también vive en Santiago - 2 de Enero de 2022 - El Mercurio - Noticias - VLEX 879529745

El gato andino también vive en Santiago

T uvieron que pasar varios años de trabajo, investigaciones y largos viajes por la cordillera de los Andes, desde el altiplano hasta el centro-sur de Chile, para que Bernardo Segura sintiera por fin que todo su esfuerzo y dedicación habían valido la pena.-Este registro me cambió la vida. Cambió toda la manera que yo tenía de ver la cordillera central.Sentado bajo la sombra de los árboles en el Parque Mahuida de La Reina una calurosa mañana de diciembre, Bernardo Segura -35 años, magíster en Áreas Silvestres y Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile y especialista en fauna de la consultora ambiental Flora y Fauna- está contando, con genuina emoción, los detalles del que posiblemente sea uno de los hallazgos científicos más notables del año que acaba de terminar.En julio de 2020, en una quebrada rocosa y empinada en el contrafuerte cordillerano de la sierra de Ramón -el cordón montañoso que se observa desde casi cualquier lugar de Santiago, donde se encuentra precisamente el Parque Mahuida-, Segura instaló dos cámaras trampa con la esperanza de que allí pudieran registrarse los movimientos de un auténtico fantasma de los Andes: el gato andino, o Leopardus jacobita . Se trata del felino salvaje más amenazado de América (se estima que no quedan más de 1.400 individuos adultos en su área de distribución, que abarca los Andes de Argentina, Bolivia, Chile y Perú, y la zona norte de la Patagonia argentina), y también una de las especies más enigmáticas del mundo: es prácticamente imposible observarlo a simple vista en su hábitat natural. Ni siquiera los investigadores que lo estudian hace años han podido hacerlo.-El gato andino es una especie naturalmente rara, de pocos individuos, y ocupa un hábitat muy específico: roqueríos donde hay vizcachas, que son parte principal de su dieta. Esa era la pista que yo tenía para encontrarlos -dice Segura sobre el lugar específico donde decidió instalar las cámaras aquella primera vez, un escarpado roquerío al que se llega tras varias horas de caminata en subida, saliéndose de los senderos oficiales del Parque Mahuida, donde él había observado vizcachas entre las rocas.Meses después, Segura fue en busca de esas cámaras, pero no encontró nada. Sin embargo, no desistió y en febrero de 2021 volvió a instalarlas, a la espera de mejores resultados. Su insistencia, finalmente, tuvo recompensa: cuatro meses más tarde, cuando regresó al sitio y revisó las tarjetas de memoria de las cámaras trampa, lo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR