Me gané la tuición de mi hijo - 18 de Junio de 2022 - El Mercurio - Noticias - VLEX 906404983

Me gané la tuición de mi hijo

"Tenía 23 años cuando nació mi hijo. En ese momento yo trabajaba en la Fuerza Aérea, había hecho el Servicio Militar y luego me había quedado trabajando. Un tiempo después del nacimiento logré juntar la plata y comprar la casa propia. El plan era mudarnos con mi hijo y su mamá, con quien estuve emparejado por casi tres años, pero alcanzamos a vivir ahí todos juntos un año, nomás.Cuando nos instalamos en la casa la convivencia se puso difícil y después de un tiempo ya no aguantaba más. Nos llevábamos mal. Era todo un enredo que fue acumulándose. Terminábamos, ella se iba, después volvía, hasta que yo decidí cortar la relación. Ella se fue y yo me quedé en la casa. Como a las dos semanas intentamos volver, pero duramos solo un par de horas, y ella decidió irse nuevamente. Nos separamos y ella se fue con mi hijo. Él tenía poco más de un año.Mi vida comenzó a ser la de un papá separado normal: lo veía fin de semana por medio, las vacaciones y el típico llamado telefónico en la semana, pero no más que eso. Ese era mi rol de papá. Como no había buena comunicación con la mamá, yo no me hacía más partícipe.Las visitas que tenía con mi hijo eran muy programadas, íbamos al cine o veíamos tele en la casa o salíamos a la casa de familiares. Esa era la rutina que teníamos.Cuando estaba solo, volvía a tener una vida de soltero. Era desordenado, no tenía relaciones estables, porque para mí no era necesario. Tuve un tiempo también bueno para el carrete, como cabro joven, en que no ves qué día es y si te invitan a carretear sales, nomás. No tenía mayor responsabilidad aparte de ir a trabajar al otro día.Lo más importante para mí era mantener las cuentas al día. Pero hubo un tiempo en que me empezaron a pillar las lucas. Tenía que pagar el dividendo de la casa; la pensión alimenticia de mi hijo, que eran $110.000; los gastos diarios para vivir y, además, estaba estudiando Informática en el Duoc. Como salía a las cinco de la tarde de la Fuerza Aérea empecé a buscar pitutos. Hacía arreglos de construcción, pegaba cerámicas, hasta trabajé un tiempo de empaque en un supermercado. Se me fue acumulando todo y ya después no me alcanzaba. Decidí congelar y finalmente deseché la carrera.Un tiempo después, un amigo me dijo que necesitaba a alguien que pegue cerámica, y le dije "ya poh". Me ofreció pega estable y me dobló el sueldo, entonces decidí retirarme después de casi ocho años en el mundo militar. En eso estaba cuando llegó mi hijo a mi casa. Él estaba pasando a...

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