Gabriel Vallejos, el nadador que fue libre en el agua - 23 de Agosto de 2021 - El Mercurio - Noticias - VLEX 874710962

Gabriel Vallejos, el nadador que fue libre en el agua

El 11 de agosto de 1968, en una sala de la desaparecida Clínica Carolina Freire del centro de Santiago, Benjamín y Yolanda, padres de Gabriel Vallejos Contreras, aceptaron que la vida de su hijo sería efímera. "Seis meses. Quizás un par de años", fueron las palabras del médico cuando los progenitores preguntaron sobre la esperanza de vida del recién nacido. Convencido de que iban a tener que enterrarlo demasiado pronto, el padre decidió nombrar a su retoño Ángel Gabriel, por el santo católico. La madre, en tanto, no podía dejar de pensar en el sobre con pastillas que le entregó su ginecólogo cuando iniciaba su embarazo.Gabriel Vallejos, contador auditor de 53 años y oriundo de Independencia, está sentado en su pequeña oficina en calle Vivaceta. Mientras conversa, se mueve con naturalidad: escribe en el computador, toma apuntes en una libreta, contesta su celular, prende un cigarro. Nada le cuesta, pese a que nació sin sus dos extremidades superiores, y solo con una pierna. Dos muñones y un dedo en el brazo izquierdo son suficientes. La rutina de Vallejos, exnadador paralímpico, no se ve interrumpida en lo absoluto."Mi discapacidad es producto de la talidomida, un medicamento que se les entregaba a las mujeres embarazadas para controlar las náuseas en los años 60, y que resultó tener consecuencias en los bebés. El diagnóstico era que no iba a vivir mucho, pero acá estoy", cuenta Vallejos."He aprendido a los golpes. La primera vez que me serví un café solo, obvio que me quemé, pero la segunda vez supe cómo tenía que hacerlo, y listo. Y así con todo. Salí de la zona de confort a la fuerza, corriendo riesgos a diario. Estar en la calle es un riesgo constante, pero ¿quién no corre riesgos en la vida?", reflexiona.En las paredes de su oficina hay una treintena de cuadros, diplomas y fotos. Vallejos muestra una imagen suya y recuerda sus inicios en la natación, un deporte que lo llevó a disputar tres Juegos Paralímpicos. "La primera vez que vi una piscina fue a los 8 años, en el recinto de la Universidad de Chile y en una actividad deportiva del colegio. Antes, la masa más grande de agua en la que me había sumergido era la tina de mi casa. Tampoco conocía el mar", confiesa.Por esa razón, cuando la profesora animó a los niños a meterse a la piscina, Vallejos -como pocas veces en su vida- dio un paso atrás y se fue a su casa.El susto duró poco. "Me metí a la clase siguiente. Con alitas y ayuda. De inmediato supe que era lo mío. A los 11 años ya iba...

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