Fuga de empresas por desafío separatista deja a Cataluña bajo riesgo de recesión
"La Generalitat está creando todas las condiciones para sumir a Cataluña en una aguda desaceleración, incluso una recesión económica, según advierten los expertos", dijo la Vicepresidenta del gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, quien admitió que esto también perjudicaría el crecimiento del PIB español, justo en momentos en que parecía ser un buen año para la economía nacional. Cataluña aporta alrededor del 20% del PIB español.
En el mismo sentido, el ministro de Economía, Luis de Guindos, precisó que la inestabilidad causada por el asunto catalán obligará a situar "algo por debajo" del 2,6% las previsiones de crecimiento en España para 2018. Es que, explicó el ministro, en el tercer trimestre de este año, "la economía catalana estaba teniendo, incluso, un mejor comportamiento que la del resto de España".
Según el ministro, el punto de quiebre del rendimiento económico catalán coincidió con la decisión de convocar el referéndum independentista y promulgar las leyes para realizarlo, pese a que el Tribunal Constitucional lo declaró ilegal. En ese momento, asegura De Guindos, surgieron las dudas de los inversionistas que terminaron en el masivo "éxodo de empresas".
Hasta ayer, según el Colegio de Registradores de España, son al menos 540 las firmas que han decidido sacar su sede social (casa matriz) de Cataluña o han iniciado trámites para hacerlo desde la consulta separatista, con el objetivo de evitar que la inestabilidad golpee sus negocios. Entre las primeras en hacerlo están los principales bancos catalanes, Sabadell y CaixaBank. Se le sumaron otras cuatro compañías regionales que también cotizan en la bolsa madrileña (son siete en total) y que representan casi el 50% del PIB de la comunidad autónoma.
La presión implícita en estos movimientos fue un duro golpe para las aspiraciones separatistas del gobierno de Carles Puigdemont y probablemente lo que lo llevó a declarar una "independencia suspendida" el martes pasado. Esa decisión generó un quiebre en la alianza soberanista.
El president enfrenta ahora un ultimátum del gobierno central de Mariano Rajoy, que le dio plazo hasta el lunes para confirmar si declaró o no la independencia. A la vez, Puigdemont está siendo presionado por los partidos separatistas para que reconozca que sí la proclamó.
Los economistas coinciden en que a corto plazo, no hay claridad sobre los efectos que pueda tener la salida de empresas -la mayoría de las cuales ha dicho que es un cambio temporal- en...
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