Frente a la violencia, claridad - 28 de Septiembre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 535184226

Frente a la violencia, claridad

Crudamente registrado en un video, el estupor de los vecinos del barrio Yungay al contemplar, impotentes, la muerte de un joven tras la explosión de una bomba, la madrugada del jueves, resume lo que significa la irrupción de la violencia en medio de la cotidianidad. Es precisamente esa cotidianidad la que pretende destruir el terrorismo, al introducir incertidumbre y miedo en la vida diaria de las personas. A eso apunta, en la práctica, la lucha contra aquello que se denomina "el sistema".

La dislocación social experimentada por países en que este fenómeno ha llegado a niveles extremos constituye una amarga lección respecto de lo que ocurre cuando el violentismo no logra ser enfrentado con resolución y eficacia en sus fases iniciales.

La tarea no es sencilla. La experiencia de las últimas semanas lo demuestra. Los procesos judiciales a raíz de los atentados de este año se encuentran en sus primeras etapas, pero los antecedentes hablan de la actuación de células con una difusa adhesión hacia lo que se ha llamado el "anarquismo insurreccional", cuya propia concepción doctrinaria desconoce jerarquías y propicia la multiplicación de acciones no necesariamente coordinadas, protagonizadas por individuos de conducta a menudo impredecible y que en algún momento parecen haber transitado desde las acciones típicas del lumpen que suele infiltrarse en manifestaciones masivas (destrucción de mobiliario público, lanzamiento de molotovs) hacia atentados que directamente ponen en riesgo la vida de ciudadanos comunes.

Es desafío del Estado comunicarles a esos individuos para los cuales la valorización de la vida humana sería mero "fetichismo" -según reza un conocido documento anarquista- la inaceptabilidad total de sus actos. No un rechazo formal, sino la decisión de la sociedad de no dar espacio a sus acciones. Así lo han entendido países de profunda vocación democrática que, en defensa de esa democracia y enmarcándose plenamente en las reglas del debido proceso, contemplan procedimientos especiales para la persecución del delito terrorista y sanciones drásticas para sus autores.

El esfuerzo por abortar el incipiente fenómeno violentista en Chile exige esa misma claridad. Claridad en la discusión de eventuales reformas legales, de modo que contribuyan a una acción más eficaz del Estado frente al terrorismo, en vez de -en nombre de discutibles teorías penales- tornar imposible su prueba. Claridad del mundo político en la condena de estos hechos, evitando...

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